Milagros del Corral
Directora General1
Biblioteca Nacional de España
1 Antecedentes
La Biblioteca Nacional de España (BNE), responsable de la custodia del patrimonio bibliográfico de todos los españoles e institución de referencia para las bibliotecas de los países de habla hispana e hispanistas de todo el mundo, nace hace casi 300 años como Biblioteca Real Pública por voluntad del primer rey Borbón Felipe V. Su misión es doble: preservar y custodiar el rico legado patrimonial y cultural que le ha sido encomendado, constantemente enriquecido a través del Depósito Legal, y asegurar a la vez su más amplia difusión pública al servicio de la educación, la cultura, la ciencia y la investigación.
1.1 Las colecciones: del manuscrito al soporte electrónico
Hoy es un organismo autónomo vinculado al Ministerio de Cultura. Sus colecciones superan los 26 millones de obras: unos 15 millones de libros impresos y folletos de los siglos xv al xxi, más de 30.000 manuscritos, 3.000 incunables, 4.500.000 de documentos gráficos (grabados, fotografías, carteles, ephemera), colecciones completas de 143.000 revistas y periódicos, 500.000 mapas, 50.000 dibujos originales, 600.000 grabaciones sonoras, 510.000 partituras, 90.000 videograbaciones, cerca de 90.000 documentos electrónicos… Cada año recibe casi un millón de nuevos materiales incluyendo los fondos patrimoniales que adquiere en anticuarios, subastas o de particulares, así como los provenientes del canje y donativo. A ese importante acervo de recursos, hay que añadir las suscripciones y licencias a revistas digitales, bases de datos y demás recursos electrónicos. En total, 14 toneladas de nuevos materiales que han de encontrar acomodo en los más de 461.000 metros lineales que amueblan los depósitos de sus dos sedes: la emblemática de Recoletos, en Madrid, y el modernísimo conjunto de 6 torres asistidas por robot transelevador que, ubicado en el campus de Alcalá de Henares, alberga más del 60 % de las colecciones (fondos modernos).
1.2 Ser bibliotecario en la BNE
Procesar, preservar y promover estas colecciones, atender en sus nueve salas de consulta a los casi 130.000 lectores e investigadores presenciales,2 responder a las cuestiones formuladas a distancia por los más de 1.500.000 internautas que nos visitan consultando más de 3.800.000 páginas digitales de la Biblioteca Digital Hispánica; pero también difundir las colecciones mediante exposiciones, ciclos de conferencias, encuentros, jornadas profesionales y demás eventos culturales hasta un total de 50 al mes con casi 150.000 visitantes anuales, son las tareas diarias de las casi 1.000 personas que trabajan no solo en tareas propiamente bibliotecarias; también en el departamento tecnológico que microfilma, fotografía, digitaliza, restaura y encuaderna combinando artesanías tradicionales con las más recientes técnicas. Y en la administración, informática, mantenimiento y seguridad de los edificios; y en la organización de exposiciones y demás actividades culturales para adultos, jóvenes y niños incluyendo las realizadas por el Museo de la Biblioteca; y en las relaciones institucionales e internacionales del centro, cada día más intensas y diversificadas. Y… en tantas otras tareas más que no caben en estas líneas.
2 La revolución tecnológica en la BNE
Si la misión de toda Biblioteca Nacional es inalterable, su cabal cumplimiento obliga hoy a introducir cambios sustanciales en los métodos de trabajo que, de la mano de la revolución tecnológica, permitan a la Biblioteca Nacional operar en el siglo xxi como quien es: una de las 4 o 5 Bibliotecas Nacionales más importantes del mundo.
2.1 Las colecciones digitales
La Biblioteca Digital Hispánica, proyecto "faro" de la BNE lanzado en enero de 2008, que ofrece hoy casi 28.000 registros cuidadosamente seleccionados (3.112.000 páginas digitales) y su Hemeroteca Digital con 666 colecciones de revistas de los siglos xviii-xix (5.100.000 páginas digitales) están llamadas a convertirse en el espejo de las mejores colecciones de la BNE, enriquecidas con nuevas funcionalidades (impresión bajo demanda con Bubok) y servicios innovadores tales como la nueva colección virtual EN©LAVE, proyecto I+D+i (Plan Avanza) para la creación de una oferta legal de libros protegidos, en asociación con la Federación de Gremios de Editores de España. En ambos proyectos, la BNE ha sido pionera en España, y una de las primeras en abordar este tipo de soluciones a nivel mundial. La Biblioteca Digital Hispánica y la Hemeroteca Digital son además excelentes aliadas en las tareas de preservación patrimonial al disminuir notablemente la necesidad de acceso a la obra original. De aquí a 2012, con el generoso patrocinio de Telefónica, la BNE ampliará su oferta digital con 200.000 obras más y multiplicará por cuatro las publicaciones periódicas de su Hemeroteca Digital, cuestión de conmemorar como se debe el 300º aniversario de su creación. La Biblioteca Digital Hispánica, nodo español de Europeana, se incorporará próximamente a la World Digital Library y, en colaboración con las Bibliotecas Nacionales de América Latina, trabaja actualmente en la construcción de la Biblioteca Digital Iberoamericana que esperamos vea próximamente la luz en la red en coincidencia con la conmemoración de los Bicentenarios de las Independencias americanas. A todo ello se añade la nueva tarea de preservación del patrimonio nacido digital mediante el archivo del dominio ".es", ya realizada, que próximamente será accesible desde las terminales situadas en las sedes de la propia BNE. De ahora en adelante, este monumental archivo digital (300 millones de URLs), está llamado a ser en el futuro una fuente primaria de máxima importancia para innumerables líneas de investigación relacionadas con cualquier tema relativo a la España del siglo xxi, y será actualizado periódicamente.
2.2 Los lectores
La consecuencia previsible del nuevo escenario será la reducción gradual del número de lectores e investigadores presenciales mientras que una magnitud impensable de nuevos usuarios remotos, cada vez más globales y habituados a las tecnologías, reclamará nuevos servicios personalizados hasta ahora inimaginables y todavía inimaginados. La BNE se propone avanzar simultáneamente en un mejor conocimiento de las nuevas necesidades de los usuarios e innovar en la concepción y ejecución de los nuevos servicios, virtuales y convencionales, en respuesta a las demandas y expectativas detectadas a través del reciente estudio de usuarios y no-usuarios, realizado en 2009 por PricewaterhouseCoopers por encargo de la BNE. Entre las múltiples nuevas tareas a realizar por la BNE ganará cada día mayor importancia la captación de nuevos públicos, presenciales y virtuales, sobre todo jóvenes, en quienes despertar talentos creativos y vocaciones de estudio e investigación. Exposiciones, debates, talleres, jornadas, encuentros de toda índole y nuevas modalidades de relación fluida con los medios de comunicación habrán de poner el énfasis en quienes serán los estudiosos, los investigadores, los científicos y los líderes del mañana.
En pleno siglo xxi es también necesario acercar la BNE a todos los ciudadanos, hacerla transparente y atractiva a sus ojos, razón que ha movido a la BNE a desempeñar un activo papel en las redes sociales (Facebook, abierto en noviembre de 2008, donde ya cuenta con más de 18.500 amigos en febrero de 2010, y YouTube, canal creado en abril de 2009 que ya ofrece 48 vídeos propios, cuenta con 147 suscriptores, y ha conocido más de 22.000 reproducciones).
Es, asimismo, fundamental dedicar esfuerzos encaminados a desarrollar el interés público por el patrimonio bibliográfico y documental, y la conciencia social de la importancia de su preservación y de su traspaso a las generaciones futuras. Y ello porque el patrimonio es un proceso acumulativo que no conoce fronteras temporales. Es hoy el de ayer, y mañana será el de hoy, incluyendo las obras de creación que ya hoy "nacen digitales" y probablemente no conocerán nunca otro soporte. Resulta, así inevitable que la BNE sea en el futuro no sólo un centro "para" la investigación sino también un centro "de" investigación e innovación en todo tipo de servicios incluyendo la preservación del archivo de Internet a la que antes me referí.
3 Mirando hacia el futuro: la gestión del cambio
El reto que la BNE afronta es de gran envergadura. Se trata de completar y poner a punto catálogos, repertorios y colecciones para culminar cuanto antes la construcción de un catálogo único, completo y fiable, la implantación de una gestión integrada que facilite la racionalización de toda la cadena del proceso técnico, sistematice el protocolos de actuación (préstamo de obras a exposiciones en el exterior, conclusión de convenios, etc.) facilite la gestión del gasto por departamentos, y establezca la sede electrónica de la BNE, cada día con nuevos servicios pensados para simplificar la comunicación remota de los usuarios con la propia Biblioteca. En todo momento hay que asegurar también el óptimo desarrollo de las ingentes tareas de digitalización y preservación de los objetos digitales. Y, por supuesto, es preciso innovar constantemente en la oferta digital en línea. En 2010, la Biblioteca Digital Hispánica incluirá, bajo licencia, colecciones virtuales de música española en streaming, y mostrará el resultado de una reciente investigación en materia de interactividad digital aplicada al libro, sobre el ejemplo emblemático de El Quijote.
La tarea de las Bibliotecas Nacionales del siglo xxi será cada día más compleja e incluirá una renovada atención no sólo a los vertiginosos desarrollos tecnológicos, sino también al derecho de autor en el entorno digital (desarrollo de licencias globales, soluciones que permitan la digitalización de las obras huérfanas y descatalogadas, etc.). Cualquier reforma tendente a poner a punto el marco jurídico europeo del derecho de autor adaptándolo a este nuevo entorno, deberá tomar muy en cuenta las necesidades de las bibliotecas digitales cuyo sano desarrollo es ya imperativo, y considerar el otorgamiento de excepciones legales a favor de las Bibliotecas Nacionales a fin de crear la certeza jurídica que su misión de difusión requiere y que tanto titulares como usuarios necesitan. Una tarea, pues, más compleja, pero también mucho más apasionante, dinámica y global. Porque sin el cambio tecnológico, el retroceso sería inexorable; las Bibliotecas Nacionales habrían dejado de cumplir su misión y estarían a un paso de la irrelevancia. No vamos a consentir que eso suceda.
Madrid, 8 de febrero de 2010.
Notas
1 Cargo que desempeñaba en la fecha de recepción del texto.
2 Todos los datos estadísticos contenidos en este epígrafe corresponden a 2009 (año completo).