Mireia Ribera
Profesora agregada
Departamento de Biblioteconomía y Documentación
Universitat de Barcelona
Resumen [Abstract] [Resum]
Se explica cómo se gestiona la subcontratación de una web accesible, centrándose en la subcontratación por parte de un organismo público. Así, se establecen criterios que se deben incluir en el pliego de condiciones que afectan al proveedor, el proceso de diseño de la web y la herramienta que se usará para crearlo. También se dan pautas para hacer una revisión final del producto finalizado, bien desde la propia entidad a partir de unos test básicos bien con la ayuda de una consultora externa. El texto va más allá de la accesibilidad técnica y propone alcanzar la accesibilidad usable, en la que se tiene más en cuenta al usuario en todo el proceso de diseño y valoración.
1 Contexto y oportunidad
Hacer una web accesible significa hacerla práctica, eficiente y satisfactoria para toda la población, y en concreto para personas con discapacidades motrices, de visión o de aprendizaje. Cuando se habla de accesibilidad web se suele abordar desde la perspectiva del administrador de la web, o del responsable de crear los contenidos. En este artículo se trata el aspecto de la subcontratación de una web (diseño, estructura y contenidos iniciales) a un organismo externo, ya que responde a un escenario habitual en la Administración y en medianas o grandes organizaciones en el que, hasta el momento, no se han dado muchas pautas.
El artículo se dirige especialmente a organismos de la Administración pública, ya que por ley sus webs deben cumplir la norma UNE 139803 (2004), pero también puede ser relevante para otros organismos que, por la audiencia a la que se dirigen o por cuestiones de calidad, prestigio y marca, deseen hacer una web accesible. Algunos de los consejos mencionados son también aplicables a la subcontratación de productos de información, tales como revistas electrónicas o libros electrónicos.
En el ámbito de la accesibilidad web la ley, curiosamente, va por delante de la sociedad. Desde el 2007 tenemos leyes que obligan a la adopción de estándares accesibles para webs públicas, mientras que la realidad demuestra que su cumplimiento es muy bajo. Los motivos de este bajo cumplimiento se pueden encontrar en qué por una parte los diseñadores web dan mucha más importancia a los criterios de diseño, por otra a que las herramientas existentes no facilitan los diseños accesibles y, en general, hay poca experiencia en el uso de ayudas técnicas y en las necesidades de los colectivos de personas con discapacidades. Además, a menudo las administraciones desconocen cómo articular sus demandas.
En Europa hay dos grandes filosofías que enfocan el problema de la accesibilidad. En España se ha enfatizado mucho el cumplimiento de la normativa, se ha dado un peso notable a la accesibilidad técnica de los contenidos web sin prestar especial atención a los usuarios. Esta primera filosofía tiene como ventaja que el cumplimiento de la normativa es un criterio más objetivable y fácil de automatizar; para esta visión de la accesibilidad el documento de referencia son las directrices WCAG, publicadas por el World Wide Web Consortium el año 1999, y actualizadas el año 2008. En el Reino Unido, en cambio, se ha potenciado la accesibilidad usable, más centrada en el usuario, aunque ello signifique no cumplir las directrices del Consorcio al cien por cien. El documento de referencia de esta segunda filosofía es el PAS 78 (2006). Como evidencia del desajuste entre las directrices aplicadas sin reflexión y la realidad de los usuarios, una investigación de la Disability Rights Commission (2004) en el Reino Unido causó un gran desconcierto cuando, a través de entrevistas y observación contextual, se detectó que los usuarios valoraban más positivamente webs menos "normativas" pero más usables.
La opinión personal de la autora es que el diseño centrado en el usuario requiere la aplicación de la accesibilidad usable, incluso cuando ello significa no seguir "al pie de la letra" las normativas. También se quiere remarcar que las mejoras en la accesibilidad implican mejoras para todas las personas, especialmente con los nuevos dispositivos móviles y que la accesibilidad es mucho más que diseñar para personas ciegas. La accesibilidad empieza en el texto (claro, bien organizado, coherente), incluye una visión global de la web y aspectos como por ejemplo vías de contacto fuera de la web, la accesibilidad de los documentos generados por la institución, etc.
2 Planificación de la subcontratación
Con tal de abordar una subcontratación de una web accesible el primer aspecto a plantearse en un encargo es el objeto de la subcontratación. En el caso de los webs una confusión habitual es entender la web como un producto final, y no como un producto vivo.
Para planificar bien un sitio web hay que planificar el diseño inicial pero también el mantenimiento, a menudo no subcontratado. Se deben prever acciones de formación, procesos de creación de contenidos y asignar responsabilidades a diversos miembros de la organización. También hay que involucrar a otras empresas subcontratadas, como por ejemplo los diseñadores de la identidad corporativa, la empresa de edición y publicaciones, etc.
2.1 El pliego de condiciones
El pliego es el recurso básico en la subcontratación pública. En él se deben explicitar los requisitos y los criterios de valoración.
El encargo de una web no debe incluir sólo el producto final (una web diseñado con unos contenidos iniciales) sino que debe incluir la herramienta para crear los contenidos (el gestor de contenidos, el repositorio, el blog), la formación en el uso de esta herramienta y el mantenimiento durante un período acordado (un año sería muy recomendable).
Por ejemplo, si la web que hemos encargado está hecha con Drupal esta será la herramienta que usaremos para actualizar sus contenidos y es importante que se garantice que los contenidos nuevos se presentarán de manera accesible; deberemos saber cómo introducir estos contenidos nuevos y a lo largo del primer año seguramente surgirán peticiones de usuarios o nuevas visiones internas que demandarán un ajuste de la web. Además la web, como canal de difusión principal, será el repositorio de muchos de los documentos de la organización creados en otras áreas y seguramente subcontratados a otras empresas.
En muchos pliegos el criterio económico suele ser el que tiene más peso en la valoración de las propuestas, por ello las entidades comprometidas con la accesibilidad deben vigilar para que la accesibilidad sea también un criterio determinante, incluso con un peso superior a los factores económicos. En los criterios de accesibilidad se deben incluir, como ya se ha dicho, el proveedor, el proceso, la herramienta y el producto final.
2.1.1 Valoración del proveedor
Mediante el pliego se selecciona un proveedor, y este es un momento crítico para garantizar la calidad del resultado. Del proveedor estamos evaluando su capacidad para crear un buen producto, hecho que nos distancia de otros escenarios de subcontratación cuando, por ejemplo, subcontratamos un proveedor de impresoras, pues en este último caso ya conocemos el producto de antemano.
Para verificar que un proveedor podrá cumplir el encargo con calidad, nos podemos basar en trabajos previos, en la formación de sus trabajadores o en la existencia de trabajadores con discapacidades en la empresa, en la experiencia de uso de ayudas técnicas o en el grado de madurez en el diseño accesible según el modelo de madurez (ISO/TR 18529, 2000).
En cuanto a la formación de los trabajadores, la formación en accesibilidad y en diseño centrado en el usuario no está muy regulada en España, con las excepciones del máster oficial de Interacción Persona-Ordenador de la Universitat de Lleida o el máster privado de Tecnologías Accesibles para los Servicios de la Sociedad de la Información de la UOC-Technosite. Sí que existe una amplia oferta de cursos y cursillos, y cada vez más asignaturas dentro de los estudios universitarios. Otro factor a valorar es la experiencia laboral previa de cada trabajador.
En cuanto a la inclusión de trabajadores con discapacidades, es recomendable que se tenga en cuenta la variedad: personas con problemas de visión, personas con discapacidades motrices en las extremidades superiores, personas con problemas de audición y personas mayores. A veces, algunas empresas grandes de diseño web tienen tratos con empresas especializadas en la asesoría en accesibilidad, opción que es igualmente válida para nuestros objetivos.
En referencia a las ayudas técnicas, se debería tener cierta experiencia en el uso de lectores de pantalla y ampliadores, en el uso de dispositivos apuntadores alternativos y en otras herramientas habituales. Si un usuario experto simula el uso de estas herramientas, método conocido como screening, fácilmente detecta problemas importantes de accesibilidad.
En cuanto al grado de madurez, según el modelo de madurez del proyecto ACCENT (Werben), se definen, en orden creciente, cinco grados de implicación de la empresa de diseño web en accesibilidad:
- No tiene conocimientos de accesibilidad.
- Es consciente de la necesidad de la accesibilidad, pero no ha trabajado en este campo anteriormente. Parte de cero.
- Conoce las directrices, dispone de expertos. Realiza acciones ad hoc.
- Tiene una unidad interna especializada en accesibilidad. Ha adquirido un compromiso.
- La accesibilidad es una de las actividades del proveedor.
- Tiene una política de usabilidad y accesibilidad establecida.
Sólo los tres últimos grados (unidad interna, actividad clave o política establecida) serían aceptables para un proveedor de calidad. Por desgracia, en España esta demanda está lejos de ser realista para la mayoría de los proveedores, y muchas empresas web son demasiado pequeñas y demasiado jóvenes para haber hecho camino en este campo. En cualquier caso, deberíamos pedir a las empresas que ellas mismas se sitúen en la escala según les parezca oportuno y que justifiquen la ubicación escogida, para valorarlas de forma comparativa.
2.1.2 Valoración del proceso
También deberemos pedir al proveedor qué proceso seguirá para garantizar que la nueva web sea accesible. Si nuestra prioridad es la accesibilidad técnica, una de las metodologías más aceptadas en el ámbito europeo es la Unified web evaluation methodology (WAB Cluster, 2008); si nuestra prioridad es la accesibilidad usable, hay que seguir la normativa del diseño centrado en el usuario, ISO 13407 (1999).
Tal y como se ha comentado en el apartado del modelo de madurez, incluir estos requisitos en el pliego significaría la exclusión del 97 % de los proveedores, y la opción más razonable es pedirles qué metodología siguen y hacer una valoración comparativa, conociendo el marco teórico citado.
En la accesibilidad técnica el grado mínimo aceptable es una revisión automatizada complementada con una revisión manual y un informe final de cumplimiento. En la accesibilidad usable el proveedor debe presentar las metodologías a seguir y justificarlas, y entre ellas como mínimo deben incluirse observaciones y entrevistas iniciales, un prototipo que incorpore una evaluación heurística y la verificación por parte de expertos o con usuarios (TRUMP Project, 2000). También en este caso se deben presentar los informes correspondientes.
2.1.3 Valoración de la herramienta
Como se ha dicho anteriormente, cuando compramos una web nos atamos con una herramienta determinada para mantenerlo. Esta herramienta debe cumplir las Authoring tool accessibility guidelines (ATAG 1.0) (World Wide Web Consortium, 2000), para garantizar que usarla no presenta barreras de acceso y que el contenido que genera es accesible. También puede ser una buena idea buscar ejemplos de webs accesibles creados con esta herramienta.
En muchas herramientas la propia web de la herramienta informa sobre su accesibilidad y sobre los límites que presenta actualmente y de las acciones planeadas para solventarlos; en las herramientas de software libre es habitual encontrar un grupo de trabajo especializado en la accesibilidad (véase, por ejemplo, Groups...). En Estados Unidos se impulsa que las empresas hagan una declaración voluntaria del cumplimiento de la accesibilidad con el Voluntary Product Accessibility Template (VPAT) (véase, por ejemplo, Open text...).
Examinando la herramienta deberemos comprobar que el editor de contenido facilite o requiera la inclusión de alternativas textuales a las imágenes, a los vídeos y al audio; que permita la indicación del idioma a nivel de página pero también de palabra o frase; que la indicación de encabezamientos y énfasis se haga con atributos semánticos (con estilos, por ejemplo) y nunca de presentación, etc. Como elementos especialmente complejos debemos vigilar que los formularios y las tablas estén bien etiquetados, que se pueda incorporar una herramienta de búsqueda en la web y que se permita crear direcciones URL significativas. Idealmente debería poder incluir una herramienta de validación de estándares y de accesibilidad, y disponer de un corrector ortográfico incorporado.
2.2 Valoración del producto final
Otro hito importante en la subcontratación es el momento de validar que el producto entregado responde al encargo realizado.
2.2.1 ¿Quién evalúa?
En la valoración de la web entregada, la primera reflexión es quién se encargará de hacerla, ya que los criterios de accesibilidad no son simples de aplicar. Nos podemos plantear que la haga un organismo especializado dentro de la Administración, si esta es lo suficientemente grande, o bien encargarla a una consultoría externa, o bien, si no disponemos de suficientes recursos, hacerla desde la propia entidad. En cualquier caso, el pliego siempre debe dejar abierta la posibilidad de pedir a terceras personas la validación de la accesibilidad del producto final.
El organismo interno especializado suele ser la mejor opción, pues es un ente que conoce nuestra organización, revisa la guía de estilo interna y puede hacer un seguimiento a lo largo del proceso de creación. Esta es la opción, por ejemplo, adoptada por el Ayuntamiento de Barcelona, y es el rol que durante un tiempo ejerció la Diputación para muchos ayuntamientos. La consultoría externa es una opción de calidad y puede encargarse tanto de la valoración técnica como usable con muy buenos profesionales; el problema de esta opción es el alto coste que comporta. Finalmente, si no hay otra opción, la propia entidad puede hacer unas pruebas técnicas básicas y puede reclutar voluntarios entre su público para hacer la valoración con usuarios; al final de este artículo se dan pautas para hacerlo.
Con la importancia legislativa de la accesibilidad técnica en Europa se han ido creando mecanismos para validar los proveedores capaces de "certificarla" (European...). Así, en España el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO) tiene el beneplácito de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) para actuar como entidad certificadora; la Fundación SIDAR - Acceso Universal (SIDAR), cuando certifica una web, ofrece de manera abierta en su web los informes de cumplimiento; Technosite sigue la metodología UWEM, trabaja con usuarios ciegos y participa en la European eAccessibility Certification (Euracert), una alianza de empresas de certificación de accesibilidad a escala europea que se reconocen mutuamente esta capacidad. En todos los casos mencionados, debe tenerse en cuenta que estos organismos actúan también como diseñadores web, y por lo tanto, no son realmente independientes.
2.2.2 Aspectos a tener en cuenta en la evaluación
El primer aspecto, marcado por la legislación, es el cumplimiento de todas las leyes, directrices y normas pertinentes: la UNE 139803 (2004), casi equivalente a las WCAG 1.0; las WCAG 2.0, ya aprobadas a escala internacional pero aún no incorporadas a la legislación española, y que incluyen requisitos adicionales para las Rich Internet Applications (RIA), para los documentos PDF, etc.; las ATAG 1.0, que regulan las herramientas de creación de contenido, incluidas las que están de cara el usuario como herramientas de la web social o blogs.
En cuanto a leyes, entre las más relevantes está la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de contratos del sector público; la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad; la Ley 56/2007, de 28 de diciembre, de medidas de impulso de la sociedad de la información, y el Real decreto 1494/2007, de 12 de noviembre, que aprueba el Reglamento sobre las condiciones básicas para el acceso de las personas con discapacidad a las tecnologías, productos y servicios relacionados con la sociedad de la información y medios de comunicación social. Como resumen, mencionar que desde el año 2008 es obligatorio cumplir la accesibilidad (UNE, 2004) para webs del sector público y grandes empresas de servicios (gas, bancos, electricidad). En los contenidos de video hay que tener en cuenta las normas UNE 153010 (2003) y UNE 153020 (2005) sobre subtitulado y audiodescripción.
Y, si se quiere aplicar la accesibilidad usable, deben seguirse las normas Human-centred design processes for interactive systems (ISO 13407, 1999) y Ergonomics - Ergonomics of human-system interaction - Human-centred lifecycle process descriptions (ISO/TR 18529, 2000). Estas normas están más asumidas en usabilidad que en accesibilidad, y tratan, por una parte, de cómo incluir al usuario en todo el proceso de diseño y, por otra, de cómo avanzar en el modelo de madurez.
Las barreras en el acceso a la información pueden afectar a personas ciegas, que usan lectores de pantalla (como por ejemplo JAWS) y que requieren audiodescripción de videos; personas con baja visión que usan ampliadores de pantalla (como por ejemplo Zoomtext) y que requieren contenidos con tipografía ampliada y con alto contraste; personas con discapacidades motrices severas, que usan herramientas de reconocimiento de voz (como por ejemplo Dragon Naturally Speaking) o ayudas de autorelleno automáticas; personas con discapacidades motrices medianas o leves, que usan el teclado en vez del ratón o dispositivos apuntadores especiales; personas con discapacidades cognitivas o de aprendizaje, que requieren cambios de presentación, lenguaje llano y síntesis de voz como soporte de presentación; personas sordas prelocutivas que agradecen versiones en lenguaje llano, o personas sordas en general, que requieren subtítulos o versiones en lenguaje de signos para contenidos audiovisuales. Finalmente debemos incluir también el grupo de personas mayores, que quizá no tienen un alto grado de discapacidad, pero que suelen sumar problemas de visión, motrices y de memoria.
Con los nuevos escenarios de uso producidos por la informática móvil debemos tener en consideración también la consulta por teléfono móvil (con pantallas de pequeñas dimensiones, con teclados o apuntadores no ergonómicos y con un ancho de banda reducido) y la consulta en entornos discapacitantes (de poca iluminación, de silencio obligado o ruidosos, etc.).
2.2.3 Valoración básica por parte de la propia entidad
Si no se dispone de muchos recursos, se pueden hacer algunos test que ayudarán a detectar problemas graves de accesibilidad.
Una valoración técnica de la calidad del código puede realizarse con herramientas semiautomáticas (Vision Australia Web Accessibility Toolbar, iCITA FAE Firefox extension , SIDAR HERA). Estas herramientas ayudan a verificar el cumplimiento de las WCAG 1.0 y de los requisitos adicionales de las WCAG 2.0 (como los contrastes de colores de primer plano y fondo), además de validar el cumplimiento de estándares (XHTML estricto, CSS, PDF accesible). También probaremos cambiando el tamaño, los colores, la tipografía o la maquetación con el mismo navegador y verificando la web en diversas plataformas (Firefox, Internet Explorer 7.0, Safari, Chrome, Opera, pero también con pantallas de portátil, medianas o grandes).
Una valoración de la usabilidad con usuarios voluntarios con discapacidades (PAS 78, 2006; COI, 2009), o simulando la discapacidad (con guantes, gafas de simulación u otros), puede consistir en intentar hacer algunas tareas básicas, como por ejemplo contactar con la organización, conocer los servicios que ofrece la web o, según el tipo de web, buscar una información típica (webs informativos), comprar un producto (webs comerciales) o aprender algún tema (webs de formación). Finalmente, se debe valorar si las tareas se han podido realizar de forma completa (eficacia), si se ha tenido que invertir mucho tiempo (eficiencia) y si la experiencia ha sido igual de satisfactoria que en otras webs similares (satisfacción).
3 Conclusión
A lo largo del artículo se ha visto que subcontratar una web no es tan simple como subcontratar un producto conocido y acabado, debemos saber valorar el potencial del proveedor y tener en cuenta que, aparte del diseño inicial, con la subcontratación nos "casamos" con una herramienta. También hemos visto que la ley vigente ampara los organismos públicos en la exigencia del cumplimiento de la normativa vigente en accesibilidad, las cuales pueden usar el pliego de requisitos y la validación final del producto como las herramientas principales para lograr este objetivo. El artículo ha descrito como si se desea una accesibilidad usable deben implicarse usuarios en el proceso de diseño y valoración, y se han propuesto algunas metodologías para hacerlo.
Fuentes y referencias
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Fecha de recepción: 05/10/2010. Fecha de aceptación: 22/10/2010.