[Versió catalana]


Ester Omella Claparols, Jordi Permanyer Bastardas, Enric Vilagrosa Alquézar

Gerència de Serveis de Biblioteques
Diputació de Barcelona

omellace@diba.cat, permanyerbj@diba.cat, vilagrosaae@diba.cat



Resumen [Abstract] [Resum]

Se estructuran y se definen los instrumentos básicos de la planificación estratégica del servicio de biblioteca pública a partir de la experiencia de la Gerència de Serveis de Biblioteques de la Diputació de Barcelona.

Los diferentes elementos se organizan en tres ámbitos temáticos –la planificación territorial del servicio, la creación y mejora de bibliotecas, y la gestión y evaluación del servicio– y en dos ámbitos territoriales –ámbito supramunicipal y ámbito municipal– con relación a las competencias de las diferentes administraciones en materia de biblioteca pública de nuestro país.

Se pretende que la información sea de utilidad tanto para los profesionales de la biblioteca pública como para los responsables técnicos y políticos de nuestros ayuntamientos. Así mismo, se cree que puede interesar también en realidades territoriales donde la planificación está menos implementada, en otras comunidades autónomas del Estado Español y en países de América Latina. El artículo tiene de trasfondo el impulso de estos aspectos de la planificación estratégica, imprescindibles en toda política pública.

 

"*La biblioteca esdevé un espai de relació on la informació no tan sols es llegeix, sinó que s'experimenta. I on s'interpreten els signes com qui es mira a un mirall que ja no té vidre perquè ha esdevingut transparent del tot. Car sols a partir d'aquest propòsit el lector i allò llegit podien aspirar a ser, malgrat els espectres de la fragmentació i l'opacitat, una mateixa cosa."

Lluís Calvo
Premio Octubre 2009 de poesía.


1 Introducción

Las administraciones con competencia en materia de lectura pública han de velar por tres aspectos fundamentales:


En nuestro país, la planificación estratégica en el servicio de biblioteca pública se ha introducido durante los últimos años en las agendas de las políticas públicas. Sin embargo, todavía la mayoría de procesos de planificación en el ámbito municipal se llevan a cabo en los momentos previos a las grandes inversiones bibliotecarias, y no siempre tienen un proceso continuado que vele por la adecuación del servicio y la gestión correcta de los recursos.

En la actualidad, no obstante, la situación económica presente y que se prevé de futuro para la Administración Pública, como también las tendencias en la gestión de servicios bibliotecarios y de servicios públicos en general –que apuestan por conceptos como accesibilidad, adaptabilidad y transversalidad–, hacen pensar en los procesos de planificación estratégica como una apuesta imprescindible para afrontar el reto que se plantea para los próximos años.

El politólogo Harold D. Lasswell, pionero de la ciencia política, estableció ya en los años sesenta las etapas que había de tener el ciclo de toda política pública (Lasswell, 1964, 1996). Su teoría, plenamente vigente, establece que cualquier política ha de partir de la planificación y que una vez implementadas las acciones que se derivan, deben evaluarse los resultados como punto de partida para mejorar con el inicio de un nuevo ciclo.


Figura 1. Ciclo de las políticas públicas (elaboración  propia adaptando la formulación de Harold D. Lasswell)

Figura 1. Ciclo de las políticas públicas (elaboración propia adaptando la formulación de Harold D. Lasswell)


Tomando como base este esquema para su aplicación, en los apartados siguientes del artículo se exponen los instrumentos que hay que considerar en la planificación estratégica del servicio de biblioteca pública. Se organizan en tres ámbitos temáticos –la planificación territorial del servicio, la planificación para crear y mejorar bibliotecas (vinculado al anterior), y la gestión y evaluación del servicio– y en dos ámbitos geográficos, de acuerdo con los aspectos competenciales: el ámbito geográfico municipal y el supramunicipal (regional o del país). En el cuadro siguiente se reflejan estos ámbitos temáticos con la proyección municipal o supramunicipal.


Tabla 1. Instrumentos básicos de la planificación del  servicio de biblioteca pública

Tabla 1. Instrumentos básicos de la planificación del servicio de biblioteca pública


Debe remarcarse que todo proceso de planificación ha de iniciarse con la definición del modelo de biblioteca que se quiere proyectar y el análisis de las características y necesidades de la comunidad a la que ha de servir. Considerando esta fase previa, la planificación del servicio facilita los siguientes aspectos:


2 Planificación territorial del servicio de biblioteca pública

2.1 Planificación del servicio de biblioteca pública en el ámbito regional o de país

La planificación bibliotecaria regional, o de país, ha de garantizar el despliegue equilibrado del servicio bibliotecario en el territorio.

A partir de la reflexión sobre el modelo de biblioteca pública que se quiere implementar, y teniendo en cuenta el escenario del marco legal correspondiente y de las directivas bibliotecarias internacionales, los instrumentos básicos de planificación bibliotecaria son los estándares básicos de biblioteca pública y el mapa de lectura pública.


2.1.1. Los estándares básicos de la biblioteca pública1

Los estándares básicos de la biblioteca pública definen, según la dimensión y las características del municipio, los requerimientos en servicios y recursos que han de ofrecer las bibliotecas.

A partir de los servicios bibliotecarios que se quieren ofrecer, los estándares establecen los requerimientos y recursos mínimos necesarios que han de tener los equipamientos bibliotecarios del sistema de lectura pública de la región o del país (nuevas construcciones y adecuación y mejora de las existentes) para ofrecer un servicio de calidad.

Los elementos básicos que deben definir los estándares son:

En el momento de la aplicación de los estándares (por ejemplo, para crear nuevos equipamientos), es útil disponer de unos parámetros económicos básicos que faciliten el cálculo del impacto económico de la inversión inicial, como también del mantenimiento y del funcionamiento anuales.

En un futuro, una vez que la implementación de estos estándares cuantitativos se hace efectiva, hay que trabajar unos estándares de servicio a nivel cualitativo como herramienta básica para la evaluación y mejora del servicio de biblioteca pública.


2.1.2 El mapa de lectura pública2

El mapa de lectura pública es el marco de referencia básico de las actuaciones de las administraciones públicas responsables de la prestación del servicio bibliotecario porque permite:

El mapa se crea a partir del contraste entre la situación bibliotecaria actual y la que correspondería según la aplicación de los estándares básicos de biblioteca pública. El documento constará de seis apartados:


2.2 Planificación del servicio de biblioteca pública en el ámbito municipal3

A escala municipal, el instrumento básico de la planificación del servicio es el Plan director municipal del servicio de biblioteca pública.


2.2.1 El Plan director municipal del servicio de biblioteca pública4

El Plan director municipal del servicio de biblioteca pública –en conexión con el mapa de lectura pública– orienta las estrategias y actuaciones para crear y mejorar las bibliotecas del municipio, así como también las estrategias de gestión del servicio (servicios que se ofrecerán, gestión interna de los servicios, política de colección de ciudad, coordinación y gestión de la red, gestión económica, etc.).

Los objetivos del proceso de planificación bibliotecaria de ciudad son:

Los contenidos del Plan director del servicio municipal de biblioteca pública deben hacer énfasis en la constitución de la red, en la construcción de los equipamientos necesarios y en el plan de gestión.

Todo plan debe contener la siguiente información:


El Plan municipal del servicio de biblioteca pública es el punto de partida de futuros procesos de planificación y la base de diferentes documentos estratégicos como los programas funcionales de los equipamientos previstos o los planes de acción anual.

La necesidad de elaborar un Plan director resulta del número de habitantes de un municipio y también de otros elementos, como la estructura urbanística, atendiendo la mayor complejidad estructural que hay en estos municipios tanto de servicios de información como de otros servicios.

Los municipios de hasta 30.000 habitantes difícilmente tendrán necesidad de desarrollar un plan de estas características.5


3. Creación y mejora de bibliotecas

3.1 Creación y mejora de bibliotecas en el ámbito regional o de país

Las administraciones regionales han de velar por el desarrollo del mapa de lectura pública ofreciendo soporte técnico y económico a los ayuntamientos para crear bibliotecas y mejorarlas.

Este apoyo técnico y económico puede tener lugar en cada una de las etapas de creación y mejora de una biblioteca, de acuerdo con las etapas comprendidas en la siguiente tabla.


Tabla 2. Etapas de la creación y mejora de una biblioteca

Tabla 2. Etapas de la creación y mejora de una biblioteca


Además, el soporte técnico se puede basar en la elaboración de directivas técnicas y documentos marco específicos para las diferentes etapas del proceso que recojan las características específicas del servicio de biblioteca pública. En este sentido, serían imprescindibles los referentes al proyecto arquitectónico y de construcción, al proyecto de mobiliario, al proyecto de audiovisuales y equipamiento y al proyecto de señalética.


3.2 Creación y mejora de bibliotecas en el ámbito municipal

La etapa de programación es el inicio de la creación y mejora de una biblioteca, y consiste en la definición de las necesidades del servicio, con la participación de los agentes implicados.

El programa funcional es el documento resultante del proceso de programación del servicio.


3.2.1 El programa funcional

El programa funcional especifica las principales características de la futura biblioteca y es el documento en el cual debe basarse el proyecto arquitectónico. El estudio prospectivo de la realidad local donde se enmarcará la biblioteca y las necesidades de la comunidad a la que se ofrecerá servicio son la base, conjuntamente con otras herramientas de planificación –estándares básicos de biblioteca pública, mapa de lectura pública y plan director municipal del servicio de biblioteca pública (en el caso de las ciudades)–, en la cual se fundamenta la definición del nuevo equipamiento.

El programa funcional es el resultado de un proceso de reflexión y de análisis compartido entre los diferentes agentes implicados en la prestación del servicio bibliotecario. Son objetivos del proceso de programación decidir y definir los siguientes aspectos:

Tal y como hemos recogido en el esquema de las etapas de creación y mejora de una biblioteca, es necesario que el director concrete los aspectos de gestión del programa funcional en un plan de gestión para asegurar la calidad de los servicios en la puesta en funcionamiento del nuevo equipamiento.


4. Gestión y evaluación del servicio

4.1 Gestión y evaluación del servicio de biblioteca en el ámbito regional o de país

Las administraciones regionales han de velar por planificar estratégicamente la gestión y evaluación del servicio de biblioteca pública, ofreciendo soporte técnico y económico a los ayuntamientos.

El soporte técnico se perfila en los siguientes ámbitos:


4.2 Gestión y evaluación de bibliotecas en el ámbito municipal

Los elementos de planificación estratégica de la gestión del servicio de biblioteca pública y su evaluación son el Plan estratégico de mandato –con los planes de acción anuales consiguientes– y el cuadro de mando integral, como instrumento de gestión y evaluación con indicadores para aplicar los planes de mejora continuada del servicio.

El Plan estratégico de mandato es el marco para los diferentes planes de acción anual. El Plan se elabora a partir de un proceso participativo de los equipos de trabajo y prevé la misión y la visión de la biblioteca: el papel de la biblioteca en el municipio, los servicios que se quieren ofrecer y las relaciones a establecer, los trazos que caracterizan el servicio y los principios para los equipos y profesionales, el resultado del análisis estratégico, las líneas estratégicas de mandato y los objetivos estratégicos.

Los diferentes planes que se derivan, además del Plan de acción anual, han de recoger las oportunidades de mejora del servicio y traducirlas en objetivos operativos.


4.2.1 El Plan de acción anual

El Plan de acción anual es el instrumento que marca el rumbo de la biblioteca y permite la consecución continua de mejoras en la oferta de servicios. El Plan de acción anual tiene como marco el Plan estratégico del mandato municipal que recoge las líneas estratégicas de acción teniendo en cuenta la visión del servicio

El Plan de acción es el documento resultante de la realización de las siguientes actuaciones:

En el caso de las ciudades con más de una biblioteca, debe disponerse de un Plan de acción anual en clave de ciudad y de uno propio para cada una de las bibliotecas.


4.2.2 El cuadro de mando

Para evaluar las políticas bibliotecarias municipales, un buen instrumento es el cuadro de mando (de ciudad y para cada biblioteca).

El cuadro de mando es el instrumento que ha de ayudar a planificar y gestionar estratégicamente y operativamente, y ha de contener los indicadores que permitan evaluar y tomar decisiones. Es un instrumento integral de planificación y control, y ha de incluir de manera simultánea información de los resultados que se deben asumir (objetivos) y de los que se van produciendo (indicadores).

Los indicadores, seleccionados bajo criterios de eficiencia gestora y sencillez, se estructuran normalmente bajo cuatro perspectivas: estructura, proceso, resultado o impacto y recursos humanos. Se debe disponer de diez a quince indicadores bien seleccionados y actualizarlos con una periodicidad de acuerdo con la toma de decisiones. Deben ser sostenibles (que se puedan actualizar) y extensibles. Lo que da una idea de la calidad del servicio, y permite evaluar, es este conjunto de indicadores. El cuadro de mando es está visión del conjunto de indicadores.

Además del cuadro de mando, con indicadores de gestión y económicos, la evaluación de toda política pública ha de tener en cuenta otras perspectivas de análisis, como la opinión de los usuarios de los servicios.6


5. Conclusiones: diez consideraciones básicas sobre la planificación estratégica

  1. La situación económica actual y la política de contención presupuestaria que se prevé para los próximos años por la Administración pública obliga a la planificación estratégica para marcar el rumbo de las actuaciones y optimizar los recursos. Las actuaciones a corto y medio plazo, condicionadas por los calendarios de mandato, deben enmarcarse en una visión a largo plazo y basarse en los instrumentos de planificación estratégica y los estudios de viabilidad económica.


  2. La cultura hoy día está adquiriendo nuevas dimensiones y funcionalidades: de cohesión social (maneras de convivencia), creativas, económicas, de creación de trabajo (herramienta para combatir el paro y la marginación), urbanísticas (de regeneración urbana), educativas (valores para la convivencia) y participativas (interacción creativa y nuevas articulaciones para la democracia), entre otras, que requieren miradas más amplias. Este nuevo contexto implica inevitablemente procesos de planificación estratégica globales en los que se ha de incluir también el servicio de biblioteca pública. Por otra parte, en la programación y planes directores se deben incorporar también mecanismos para dar respuesta a ciertas demandas próximas a la biblioteca, pero desde una visión global y transversal del municipio, buscando la coordinación y cooperación con otros servicios municipales para mejorar e incorporar nuevos servicios.


  3. La planificación no puede responder únicamente a una inversión concreta o a la creación de equipamientos sino que ha de ir orientada al "servicio" y adecuarla a la realidad a la que atiende. La definición del modelo de biblioteca y de los servicios que se quieren ofrecer es la base conceptual a partir de la cual se concretarán los recursos necesarios (fondos, espacios, equipamiento, personal, etc.) para poder ofrecerlos adecuadamente.


  4. La participación ciudadana es un elemento que debe tenerse presente en los procesos de planificación: incorporar la opinión de los usuarios es básico para configurar el servicio. Pero también deben establecerse los canales de comunicación que permitan dar a conocer a los ciudadanos los resultados finales de los procesos, tanto para informar de las actuaciones que se realizarán como para modular las expectativas.


  5. Los instrumentos de planificación territorial (estándares y mapa) son la base para garantizar un despliegue equilibrado en el territorio de las infraestructuras bibliotecarias y para poder garantizar un acceso igualitario de todos los ciudadanos al servicio, independientemente del lugar de residencia. En un primer momento, estos instrumentos son cuantitativos pero en el futuro han de evolucionar con la incorporación de elementos cualitativos de servicio.


  6. En los municipios donde hay más de una biblioteca se hace necesario definir con más precisión la planificación y la gestión del conjunto del servicio bibliotecario. Debe establecerse una política común de servicios y de colección, y al mismo tiempo la diferenciación y complementariedad de la oferta de los diferentes equipamientos a partir de un trabajo intenso en red de ámbito local. Los planes directores municipales del servicio de biblioteca pública han de continuar incidiendo en la creación y la mejora de los equipamientos, pero también han de poner énfasis en el servicio y en los aspectos de gestión.


  7. Una planificación orientada al servicio, y no solo a la creación de equipamientos, exige programación. Es imprescindible el proceso de programación como etapa previa para definir el servicio y el equipamiento, y el programa funcional, como documento resultante, ha de ser la base para el proyecto arquitectónico y para el futuro Plan de gestión de la biblioteca.


  8. La perspectiva de análisis para evaluar el servicio que más han desplegado las bibliotecas públicas en nuestro país se ha basado en los indicadores de gestión. En el contexto de la administración actual es previsible que, para tomar decisiones e identificar oportunidades de mejora, ya no sean suficientes los indicadores de gestión: se tendrán que complementar con indicadores cualitativos –más difíciles de obtener– como los indicadores de impacto de las políticas bibliotecarias. La evaluación de toda política pública ha de tener en cuenta, además, otras perspectivas de análisis, como la opinión de los usuarios de los servicios.


  9. La planificación no es un instrumento estático, es un proceso continuo que se adapta constantemente a las necesidades. El ciclo de la política pública no se acaba con la valoración de las acciones emprendidas sino que justamente este punto se puede considerar la base para iniciar un nuevo ciclo: en los resultados de la evaluación deben buscarse oportunidades de nuevas mejoras para incluirlas en los nuevos procesos de planificación.


  10. Todo proceso de cambio hacia la planificación nace en los equipos de trabajo. El trabajo conjunto de profesionales bibliotecarios y de responsables técnicos y políticos es básico para cualquier proceso de planificación. La participación e implicación enriquecen el proceso y aumentan considerablemente las opciones de éxito de las acciones propuestas.

Bibliografía

Arbós, Ramon; Feliu, Toni (2005). "L'ús i la satisfacció dels usuaris de les biblioteques públiques en municipis de més de 30.000 habitants". BiD: textos universitaris en biblioteconomia i documentació, núm. 14 (juny). <http://bid.ub.edu/14arbos.htm>. [Consulta: 14/10/09].

Bailac Puigdellívol, Assumpta (2000). "La biblioteca pública des de la perspectiva d'una administració local: la Diputació de Barcelona". BiD: textos universitaris en biblioteconomia i documentació, núm. 4 (juny). <http://bid.ub.edu/04bailac.htm>. [Consulta: 14/10/09].

La biblioteca pública a la província de Barcelona: un treball en xarxa. (2002). 2a ed. Barcelona: Diputació de Barcelona. Servei de Biblioteques. 71 p. <http://www.diba.cat/biblioteques/documentspdf/publicacio_omella_cat.pdf>. [Consulta: 14/10/09].

La biblioteca pública municipal: directrius per a les xarxes urbanes (2009) [en procés de publicació]. Barcelona: Diputació de Barcelona. Gerència de Serveis de Biblioteques. 72 p.

La biblioteca pública: nous reptes i estratègies en la societat de la informació (2003). Barcelona: Diputació de Barcelona. Servei de Biblioteques. 31 p. <http://www.diba.cat/biblioteques/documentspdf/informebibpub.pdf>. [Consulta: 14/10/09].

Feliu, Toni; Muñoz, Mercè (2009). "El proyecto Tibidabo. Análisis comparativo de la situación y evolución de los servicios de la Biblioteca Pública en ciudades y regiones de todo el mundo". 75th IFLA General Conference and Council, 23-27 August 2009, Milan. <http://www.ifla.org/files/hq/papers/ifla75/216-feliu-es.pdf>. [Consulta: 14/10/09].

Feliu, Toni; Permanyer, Jordi (2002). "Avaluació de la satisfacció dels usuaris de les biblioteques públiques". BiD: textos universitaris en biblioteconomia i documentació, núm. 9 (desembre). <http://bid.ub.edu/09feliu.htm>. [Consulta: 14/10/09] .

Lasswell, Harold D. (1996). El estudio de las políticas públicas. México: Porrúa. 281 p. (Antologías de política pública, 1).

Lasswell, Harold D. (1964). El futuro de la ciencia política. Madrid: Tecnos. 253 p. (Semilla y surco. Serie de ciencia política).

Lozano Díaz, Roser (2006). La biblioteca pública del siglo xxi: atendiendo clientes, movilizando personas. Gijón: Trea. 476 p. (Biblioteconomía y administración cultural, 148).

Mapa de lectura pública de Catalunya (2008). Barcelona: Generalitat de Catalunya. Subdirecció General de Biblioteques. 300 p. <http://www20.gencat.cat/docs/Biblioteques/Tematic/Documents/Arxiu/mapa.pdf>. [Consulta: 15/10/09].

Nieto, Javier; Vilagrosa, Enric (2008). Els nous estàndards de biblioteca pública de Catalunya [comunicació presentada a les 11es Jornades Catalanes d'Informació i Documentació, Barcelona 22 i 23 de maig de 2008]. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Departament de Cultura i Mitjans de Comunicació; Diputació de Barcelona. 22 p. <http://www.diba.cat/biblioteques/documentspdf/Estandards_catala.pdf>. [Consulta: 14/10/09].

Omella, Ester; Permanyer, Jordi (2003) "L'estructuració d'una xarxa municipal de biblioteca pública". Item, núm. 35. p. 7–34. <http://www.cobdc.org/publica/item/item35.html>. [Consulta: 14/10/09].

Omella, Ester; Permanyer, Jordi; Reyes, Lourdes (2002) "Els plans municipals de biblioteques: contextualització i situació a Catalunya". En: BiD: textos universitaris en biblioteconomia i documentació, núm. 8 (juliol). <http://bid.ub.edu/08omella.htm>. [Consulta: 14/10/09].

Pla de biblioteques de l'Hospitalet (1997). Hospitalet de Llobregat: Ajuntament de l'Hospitalet de Llobregat. Àrea d'Educació i Cultura. 26 p.

Pla de biblioteques de Terrassa (1998). Terrassa: Ajuntament de Terrassa. Regidoria de Cultura. 53 p.

Pla de biblioteques de Barcelona 1998-2010: les biblioteques del segle xxi: de la informació al coneixement (1998). Barcelona: Institut de Cultura de Barcelona. 242 p.

Pla de biblioteques municipals de Sabadell 2006-2011 (2006). Sabadell: Ajuntament de Sabadell. 60 p. <http://www.sabadell.cat/BIMS/d/Pla%20biblioteques%202006-2011.pdf>. [Consulta: 14/10/09].

Pla local de biblioteques i lectura pública de Sant Boi de Llobregat (2007). Sant Boi de Llobregat: Ajuntament de Sant Boi de Llobregat. 69 p. <http://www.biblioteques-santboi.org>. [Consulta: 14/10/09].


Fecha de recepción: 29/10/2009. Fecha de aceptación: 03/11/2009.




Notas

* La biblioteca se transforma en un espacio de relación donde la información no tan solo se lee, sino que se experimenta. Y donde se interpretan los signos como quién se mira en un espejo que ya no tiene vidrio porque ha transparentado por completo. Tan solo a partir de este propósito el lector y lo leído podían aspirar a ser, a pesar de los espectros de la fragmentación y opacidad, una misma cosa.

1 La Diputació de Barcelona es un referente en este ámbito y dispone, desde finales de los años ochenta, de unos parámetros propios que se adaptan a las necesidades y a la realidad bibliotecaria de la provincia. Estos parámetros han ido evolucionando durante los años noventa y se han revisado en varias ocasiones. Destacamos la versión de 1999, que se incluyó, con otros documentos de referencia, en las Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de bibliotecas de 2001. La última actualización de los estándares de biblioteca pública es del año 2008, y se ha realizado conjuntamente entre el Àrea de Biblioteques de la Generalitat de Catalunya y la Gerència de Serveis de Biblioteques de la Diputació de Barcelona. Para más información sobre estos estándares, podéis consultar el documento Els nous estàndards de biblioteca pública de Catalunya (Nieto; Vilagrosa, 2008).

2 El mapa de lectura pública es un instrumento de planificación territorial previsto en la Ley 4/1993, de 18 de marzo, del sistema bibliotecario de Cataluña. La responsabilidad de su elaboración y mantenimiento, según la misma Ley, recae en el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya. La última versión del mapa es del año 2008, se elaboró a partir de los últimos estándares, y se aprobó mediante el acuerdo de gobierno 131/2008, de 15 de julio.

3 Para ampliar la información sobre este apartado se pueden consultar los siguientes documentos: La biblioteca pública municipal: directrius per a les xarxes urbanes (2009), L'estructuració d'una xarxa municipal de biblioteca pública (Omella; Permanyer, 2003) y Els plans municipals de biblioteques: contextualització i situació a Catalunya (Omella; Permanyer; Reyes, 2002).

4 Actualmente únicamente 6 de los 39 municipios catalanes de más de 30.000 habitantes tienen un plan de bibliotecas aprobado por el pleno municipal. Por orden cronológico de aprobación son: L'Hospitalet de Llobregat (1997), Terrassa (1998), Barcelona (1998), Sant Cugat del Vallès (2003 i 2008), Sabadell (2006) y Sant Boi de Llobregat (2007). A partir de estas experiencias, otros municipios también están elaborando procesos de planificación bibliotecaria, pero el resultado de los planes no ha pasado por el pleno.

5 Así cómo por la realidad urbanística de las ciudades catalanas es especialmente necesaria, en municipios a partir de 50.000 habitantes, la Ley 4/1993, de 18 de marzo, del sistema bibliotecario de Catalunya tiene previsto que sea a partir de 30.000 habitantes cuando los municipios puedan ofrecer el servicio bibliotecario de manera descentralizada ( con más de una biblioteca).

6 Para profundizar sobre la experiencia de la Gerència de Serveis de Biblioteques en este ámbito se puede consultar el artículo Avaluació dels usuaris de les biblioteques publiques (Feliu; Permanyer, 2002).