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Maria Batllori
Área del Libro (Instituto Catalán de las Empresas Culturales)
Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya
1 Introducción
La prescripción lectora es una actividad lo bastante importante como para que tenga una formación específica de nivel universitario dirigida a todos los agentes que se dedican a ello. Este texto quiere explicar los orígenes y el proceso de gestación del posgrado de Prescripción Lectora, organizado por la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la Universitat de Barcelona y el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya que, una vez hecho realidad, lo ha incluido en el último plan de fomento de la lectura, el Plan de lectura 2020 (2017).
En unos tiempos como los nuestros, en los que la tecnología y la rapidez dominan nuestras vidas, nuestras ideas, y demasiado a menudo nuestra voluntad, fomentar el espíritu crítico es más importante que nunca. Una de las características de una sociedad libre es su capacidad de ser crítica, y para conseguirla, la lectura es una de las herramientas principales. Por tanto, incrementar todas aquellas lecturas que de un modo u otro fomentan la reflexión y el espíritu crítico debería ser un objetivo de cualquier sociedad avanzada.
Dentro de este conjunto de lecturas, son especialmente importantes los clásicos, porque contienen un patrimonio cultural que ayuda a las personas a entenderse, que las interpela, que las hace reflexionar sobre su mundo. Es escuchar unas voces que hablan por nosotros desde su sabiduría, que nos abren caminos hacia el conocimiento. Son aquellos textos que pueden leerse una y otra vez porque cada vez nos dicen algo diferente, que son atemporales porque han impresionado a muchas generaciones de lectores, y porque se leen con el mismo interés y entusiasmo que cuando fueron escritos. En el conocido libro Por qué leer los clásicos (1991), Italo Calvino expresa la relevancia de estas obras cuando dice que "los clásicos son libros que ejercen una influencia particular ya sea cuando se imponen por inolvidables, ya sea cuando se esconden en los pliegues de la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual".
2 El fomento de la lectura en Cataluña: antecedentes
El Departamento de Cultura, en los últimos diez años, ha puesto en marcha tres planes de fomento de la lectura, desde 2008 hasta la actualidad.
El primer plan de fomento de la lectura, el Plan de lectura 2008–2011 —con el lema "Leer nos hace más libres"— tenía, entre otras, una línea de trabajo dedicada a acciones para la formación de docentes y otros agentes implicados en la educación de los chicos y chicas, con el objetivo de proporcionarles herramientas de formación dirigidas al fomento de la lectura.
En relación con esta línea se pusieron en marcha dos acciones: por un lado, un programa dirigido a docentes que incluía un curso de 30 horas y un taller de 15 horas de técnicas de lectura en voz alta, organizado por el Departamento de Educación; por otro, un curso de posgrado, llamado Mediación Cultural en Fomento de la Lectura, organizado por el Departamento de Cultura y diseñado por el Instituto de Formación Continua de la Universitat de Barcelona (IL3-UB), con la colaboración del Consejo Catalán del Libro Infantil y Juvenil y la Fundación Bromera para el Fomento de la Lectura. Esta era la primera vez que se trataba en Cataluña el fomento de la lectura como materia de estudios de nivel universitario. El curso, de modalidad semipresencial, tenía una duración de 150 horas y se dirigía a licenciados en Filología, Pedagogía, Biblioteconomía y Documentación, maestros de primaria y profesores de secundaria en activo, así como a los bibliotecarios. Desgraciadamente solo se realizaron dos ediciones de este posgrado.
El segundo plan de fomento de la lectura, el Plan nacional de lectura 2012–2016, con el título "Impulso de la lectura, 100 % lectores"(Generalitat de Catalunya, 2011), tenía como uno de los objetivos "reconocer y prestigiar a los mediadores de la lectura". En él se reconocía la relevancia de los libreros, bibliotecarios, maestros y otros profesionales de la lectura, y su papel fundamental como mediadores, destacando la importancia de implementar medidas que ofrecieran herramientas para realizar su labor y sobre los que había que actuar. No obstante, entre las acciones destinadas a cubrir este objetivo, no había ninguna relacionada con la formación de nivel universitario dirigida a los colectivos de prescriptores mencionados.
El tercer plan de fomento de la lectura, el Plan de lectura 2020, publicado en 2017, el último hasta hoy y aún plenamente vigente, prevé entre sus objetivos los dos siguientes: "prestigiar la lectura como vía principal de acceso al conocimiento" y "potenciar las librerías y la red de bibliotecas de Cataluña como centros culturales y prescriptores del libro y la lectura". Al referirse a las acciones, aparece, en el punto 20, el apoyo a las librerías y a la prescripción. En este ámbito de acciones es en el que se incluye el posgrado de Prescripción Lectora, cuya idea y gestación expondremos en el siguiente punto.
El Departamento de Cultura ha desarrollado en los últimos años otras iniciativas dirigidas a la formación en prescripción lectora, aunque sin las características de un curso de nivel universitario. Entre otras, hay que mencionar las que lleva a cabo el Servicio de Bibliotecas, como los encuentros 10 x 10, con el objetivo de establecer una comunicación directa entre las editoriales y los profesionales de las bibliotecas, así como cursos de prescripción humanística y científica, y, junto con la Institució de les Lletres Catalanes, los cursos virtuales de prescripción literaria.
3 El posgrado de Prescripción Lectora: el nacimiento de una idea
La idea de crear un programa de posgrado para abordar el tema de la prescripción lectora nace a raíz de la intervención de la profesora de la Universitat de Girona Margarida Casacuberta en la tertulia sobre sociedad y bibliotecas "El primer glop de cervesa ". Este ciclo de encuentros mensuales (2013–2016), organizado por Fidel Bellmunt, Ferran Burguillos, Maite Comalat y Eulàlia Espinàs, pretendía abrir, al sector bibliotecario y su entorno, las reflexiones que los organizadores habían iniciado juntos un tiempo atrás en la Junta del Colegio Oficial de Bibliotecarios-Documentalistas de Cataluña.
Estamos en una tarde de febrero de 2016 en el local del bar MoMa. La tertulia lleva por título "Separar el gra de la palla: la col·lecció de la biblioteca". La ponente, Margarida Casacuberta, reflexiona sobre los criterios que hay que seguir en la selección de las obras que deben estar al alcance del gran público y sobre el papel que deben tener los prescriptores: "Las bibliotecas de ciudades pequeñas tienen una función importantísima en este sentido: deben hacer de prescriptores y en ellas debería haber personas capaces de hacer el acompañamiento de la lectura". A partir de ahí reflexiona sobre la formación que debe tener el prescriptor: "para explicar literatura se tiene que haber leído (no solo literatura, claro)". Y a continuación se pregunta: "Si lo tienen que hacer los bibliotecarios, ¿quién hace leer a los bibliotecarios? ¿Quién les da las herramientas para hacerlo?".
Sus reflexiones me hicieron pensar que esta era una pregunta importante, ya que en los estudios de Biblioteconomía y Documentación que había terminado pocos años antes no se preveía ninguna formación específica ni sobre literatura ni sobre prescripción lectora. Por otra parte, tampoco los estudios de Filología, que había cursado unos años antes, si bien incluían asignaturas de literatura, tenían un enfoque dirigido a la prescripción lectora para el gran público.
El colectivo de bibliotecarios y bibliotecarias, uno de los más importantes en el activismo cultural del país, es, por mi experiencia, consciente de la importancia de su papel como transmisor de conocimiento; en general y de manera continuada, participan en actividades de formación permanente que les ofrecen herramientas para mejorar su labor. No obstante, a raíz del primer posgrado en el marco del Plan de lectura 2008–2011 (Generalitat de Catalunya, 2009), pensamos que quizá valdría la pena intentar organizar otra vez un curso de nivel universitario.
El Área del Libro del Instituto Catalán de las Empresas Culturales (ICEC) del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya desde hace años está colaborando en la realización del diploma de posgrado de Librería, junto con el Gremio de Libreros de Cataluña y la Facultad de Biblioteconomía y Documentación, dirigido a los libreros y a aquellas personas que quieran dedicarse al mundo de la librería. El objetivo de estos estudios es dotar al alumnado de los conocimientos y las capacidades para la incorporación laboral en todo tipo de negocios de librería. Esta colaboración nos hizo pensar que también podíamos intentar organizar un posgrado de prescripción lectora dirigido a bibliotecarios, libreros, maestros y otros mediadores de la lectura, con el objetivo de formarlos en el conocimiento y los instrumentos necesarios para aconsejar y acompañar a cualquier lector que lo requiera.
El paso siguiente era obtener la complicidad de los responsables de las diferentes partes implicadas del Departamento de Cultura. El primero a quien tenía que convencer era a mi jefe, Joaquim Bejarano, director del Área del Libro, con quien comparto la ilusión por lo que nosotros llamamos las rendijas: aquello que se refiere a encontrar oportunidades para la implementación de nuevas ideas en medio del día a día burocrático, pero sin embargo necesario, de las subvenciones y otras tareas de la gestión del Área del Libro. Enseguida nos entusiasmamos con la idea y pasamos a la acción empezando por planificar las acciones necesarias para intentar organizar el curso.
Mi conexión con la Facultad de Biblioteconomía y Documentación, así como la idea de que una gran parte de los prescriptores son los bibliotecarios y bibliotecarias, nos llevaron a hablar con Mónica Baró, en aquellos momentos la vicedecana de la Facultad, y con Teresa Mañà, profesora de la Facultad. Y así, en un pasillo de la Facultad, comenzamos a pensar en la posibilidad de organizar conjuntamente un curso de prescripción lectora. Una vez hubimos coincidido en que la propuesta podía ser viable, había que implicar a los responsables de fomento de la lectura del Departamento de Cultura: la directora de la Institució de les Lletres Catalanes, Laura Borràs, y la jefa del Servicio de Bibliotecas de la Generalitat de Catalunya, Carme Fenoll. Todo resultó sencillo, ya que enseguida conseguimos su complicidad, así como su entusiasta implicación en el proyecto.
Y así fue como iniciamos la preparación para organizar el posgrado: desde la Facultad diseñaron el curso en un tiempo récord (los representantes de la Facultad que formaban parte de la comisión de organización fueron el profesor Lluís Agustí y las profesoras Mónica Baró y Teresa Mañà). En encuentros posteriores se fue refinando el proyecto y una vez presentado por parte de la Facultad, Laura Borràs se hizo cargo de él, revisando el documento, sugiriendo modificaciones y buscando la financiación. A finales de año ya lo teníamos todo a punto para dar publicidad al posgrado que se iniciaría a continuación, en febrero de 2017, y que actualmente está a punto de empezar su tercera edición.
La puesta en marcha de este proyecto ha sido, desde mi punto de vista, un éxito del que tenemos que felicitarnos todos, empezando por el equipo de la Facultad que trabajó intensamente con muy poco tiempo para diseñar el curso, buscar el equipo docente y lograr que la Universitat de Barcelona lo aprobara, hasta los responsables de Cultura que participaron en el proyecto y encontraron la financiación. Este éxito queda reforzado cuando tenemos en cuenta que desde la gestación de la idea hasta el inicio del posgrado pasó escasamente un año; y este hecho, en la Administración, donde la burocracia retrasa habitualmente los procedimientos, es una verdadera proeza.
Personalmente ha sido una satisfacción participar en este proyecto, porque en él confluyen mi interés personal por la prescripción lectora, mi formación, que combina los aspectos teóricos de la literatura con los prácticos de la biblioteconomía, y, finalmente, la práctica profesional en el Área del Libro del Departamento de Cultura.
Bibliografía
Bellmunt, Fidel; Burguillos, Ferran; Comalat, Maite; Espinàs, Eulàlia.El primer glop de cervesa: tertúlies sobre societat i biblioteques [blog]. 2013–2016. <https://elprimerglopdecervesa.org/>. [Consulta: 16/03/2019].
Calvino, Italo (2009). Por qué leer los clásicos. Madrid: Siruela, p. 15.
Casacuberta, Margarida. "Separar el gra de la palla: la col·lecció de la biblioteca". El primer glop de cervesa [blog]. 9 de febrero de 2016. <https://elprimerglopdecervesa.org/2016/03/04/cronica-14-col%C2%B7leccio-casacuberta/>. [Consulta: 02/02/2019].
Generalitat de Catalunya. Departament de Cultura (2007). Llegir ens fa lliures: Pla de foment de la lectura 2008–2011. [Barcelona]: Generalitat de Catalunya, Departament de Cultura.
Generalitat de Catalunya (2009). Pla de foment de la lectura 2008–2011. Nous programes en l'àmbit educatiu i infantil i programes en funcionament [en línea]. [Barcelona]: Generalitat de Catalunya. <https://govern.cat/govern/docs/2010/11/02/11/40/5b0ef33b-5ee9-4065-a344-b37f4531581d.pdf>. [Consulta: 24/01/2019].
Generalitat de Catalunya. Departament de Cultura (2011). Pla nacional de lectura (2012–2016). Impuls de la lectura: 100% lectors [en línea]. [Barcelona]: Departament de Cultura.
<https://govern.cat/govern/docs/2011/12/19/15/09/ec0c9353-ae4a-49a3-81ab-c68af8792fc9.pdf >. [Consulta: 24/01/2019].
Generalitat de Catalunya. Departament de Cultura (2017). Pla de lectura 2020 [en línea]. [Barcelona]: Generalitat de Catalunya, Departament de Cultura. 2 vol. [vol. 1. Pla de lectura 2020; vol. 2. Per què llegir].
<http://cultura.gencat.cat/ca/departament/plans-i-programes/ambit-sectorial/pla-de-lectura-2020/>. [Consulta: 16/03/2019].