[Versió catalana]

Mercedes González Fernández de Castro

Marketing Manager
Elsevier Health Sciences

ME.Gonzalez@elsevier.com



Resumen [Abstract] [Resum]

Se describen las funciones básicas de las editoriales científicas comerciales respecto a los artículos de revista, haciendo especial hincapié en los procesos de revisión y evaluación de los contenidos y a su difusión en formato digital. Este modelo se contrapone al movimiento de libre acceso a los artículos (open access) del cual se presentan algunos aspectos cuestionables, como la existencia de controles de calidad o la presencia de costes ocultos.


El uso de artículos electrónicos ha sufrido en los últimos cuatro años un aumento espectacular, pasando de unos 53 millones de consultas en el año 2001 a 280 millones en 2004. Estamos asistiendo, por tanto, a una auténtica revolución en cuanto a las consultas de información científica.

Los motores de búsqueda y las bases de datos de artículos científicos —como por ejemplo Science Direct— ofrecen una serie de ventajas sobre el sistema tradicional, entre las que destacan el acceso inmediato a un grupo de artículos de investigación y a todas las revistas disponibles en el sistema, la presencia de un sistema de búsqueda rápido y exacto y, además, la posibilidad de generar informes de utilización del servicio.

Las comunidades científicas y médicas de todo el mundo están unidas formando un sistema de comunicación científica organizado y eficiente denominado STM (Scientific, Technical, Medical) Publishing, que agrupa unas 2.000 editoriales, con 16.000 revistas bajo revisión (peer-reviewed) y unos 1,2 millones de artículos revisados al año. El sistema STM consta de equipos editores —cuyo nivel académico mínimo exigido es el de doctor en la especialidad que domina— que tienen la responsabilidad de una cartera limitada de revistas y libros en cada disciplina. Por su parte, el comité revisor de artículos de las revistas tradicionales tiene las siguientes responsabilidades: asegurar la calidad de los autores, del comité editorial y del propio artículo que se pretende publicar; asegurar los objetivos y el alcance de cada revista según las tendencias de la investigación actual; reemplazar al editor cuando sea necesario; y desarrollar nuevas revistas especializadas según las nuevas disciplinas científicas que aparecen. En cuanto a este último aspecto, los editores asumen el riesgo de sacar nuevas revistas al mercado, creando nuevos foros de discusión y debate.

Los editores tradicionales son valorados por dar fecha a las investigaciones de un autor en particular, para establecer prioridades y preferencias, así como por utilizar un proceso totalmente independiente de evaluación o revisión que está perfectamente reglamentado para asegurar la imparcialidad y la falta de sesgo. También transmiten las demandas de los autores a los revisores, medios, etc., archivan los trabajos académicos, estableciendo un registro permanente de sus hallazgos científicos, y protegen a los autores estableciendo derechos de autor.

Los editores están al servicio de los investigadores y médicos organizando, estableciendo, manejando, produciendo y diseminando sus investigaciones, definiendo nuevas disciplinas y abriendo foros para el debate, estableciendo y guiando activamente los comités editoriales e invirtiendo en nuevas tecnologías que hacen que éstas estén disponibles para otros.

Las revistas basadas en suscripción cuentan con el sistema de revisión para filtrar de forma independiente y validar las presentaciones de información, dando credibilidad a los artículos publicados, reconocimiento a los estudios de investigación y prestigiando, por tanto, a la revista y al investigador.

Los editores tradicionales en el sistema STM tienen más de 100 años de experiencia y conocimiento. Actualmente el 99% de las publicaciones científicas se realizan bajo el sistema tradicional mientras que tan sólo el 1% restante corresponde a open access, un modelo que se encuentra en sus inicios.

La percepción de que el libre acceso (open access) es gratis no es del todo correcta: estos nuevos editores tienen prácticamente los mismos costes que los editores tradicionales y de alguna manera tienen que financiarse. Los editores recuperan los costes de publicación transfiriéndolos a los autores e instituciones o mediante subvenciones. Las tasas de los autores cubren actualmente un tercio del coste de cada artículo, y el resto se financia a través de filantropía. Los costes totales anuales de la industria de revistas científicas están estimados en 4,5 billones de dólares (por 1,2 millones de artículos). ¿Cómo afronta el sistema de libre acceso estos costes de publicación? La respuesta es clara: los transfiere desde los suscriptores hacia los investigadores y sus patrocinadores (“pague-por-publicar”).

Actualmente la digitalización de textos en el entorno tradicional STM es la mejor opción, ya que sus sistemas de búsqueda más los enlaces y la consulta cruzada hacen que el sistema digital sea real y fiable. Las revistas en libre acceso, en cambio, normalmente sólo ofrecen un texto básico e imágenes con escasa función de búsqueda y enlaces.

En algunos ámbitos surgen dudas sobre el impacto del libre acceso y sobre la calidad de la información publicada. Un sistema de “pague-por-publicar”, como es el caso del open access, ¿generará un modelo de negocio con el suficiente beneficio como para permitir las subsiguientes inversiones en nuevas tecnologías y para permitir inversiones que preserven las publicaciones?, ¿empezará la investigación médica a reflejar los objetivos de los que tienen los recursos para pagar las publicaciones (por ejemplo, los departamentos de I+D de las grandes corporaciones)?, ¿comprometerán los editores la integridad del proceso de revisión, rechazando menos artículos si se ven bajo presión para publicar más y así aumentar los beneficios?, ¿permitirá el modelo de negocio de publicación en libre acceso preservar la longevidad de las publicaciones?, ¿Podría el “pague-por-publicar” afectar la integridad de las grandes revistas? Cuando falta protección de los derechos de autor, existe el riesgo de aumentar la duplicación y el plagio que está especialmente amenazado en el entorno digital.

Finalmente, y como conclusión, podríamos decir que las grandes editoriales no se oponen al sistema en libre acceso siempre y cuando éste asegure un sistema de revisión de las publicaciones tan exhaustivo y fiable como es el peer-review; siempre y cuando la financiación del sistema permita el desarrollo de las revistas, garantice la credibilidad y calidad de lo publicado. Se trata de un sistema muy reciente que aún tiene mucho por progresar hasta situarse al nivel del sistema tradicional STM. El futuro pasa por encontrar un equilibrio entre ambos sistemas sin comprometer la calidad de lo publicado.