Implantación del e-book en las bibliotecas de investigación: estudio de caso de la Biqfr

 

[Versió catalana]


Irene-Sofía Romero-Otero

Investigadora en formación
Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS)
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Grupo de Investigación de Evaluación de Publicaciones Científicas (EPUC)

Elea Giménez Toledo

Científica titular del CSIC y directora del grupo
de investigación EPUC
Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS)
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Grupo de Investigación de Evaluación de Publicaciones Científicas (EPUC)

 

Resumen

Objetivo: Analizar la implantación de la colección de los libros electrónicos científico-técnicos de la Biqfr (Biblioteca Instituto de Química-Física «Rocasolano») del CSIC y de las estrategias de difusión, implementación, creación y gestión de la colección adoptadas para su formación durante el periodo 2007-2009.

Metodología: Se realizó una entrevista en profundidad a la directora de la biblioteca de investigación, así como un trabajo de campo con los demás bibliotecarios de la Biqfr. Mediante ambos procedimientos se obtuvo información y se analizaron los distintos aspectos relacionados con el e-book desde una perspectiva diacrónica.

Resultados: La implementación del libro electrónico en esta biblioteca fue temprana —en comparación con otras— y supuso nuevos retos para los bibliotecarios, sobre todo para visibilizar y potenciar su uso entre los usuarios. Establecieron diversas estrategias de creación de la colección y de difusión, que permitieron adquirir experiencia en su gestión y detectar las singularidades que presenta este recurso electrónico frente a otros como las revistas y las bases de datos.

Abstract

Objective: to analyse the introduction of the scientific and technical e-book collection of the «Rocasolano» Chemistry-Physics Library (Biqfr) of CSIC and the strategies adopted for the dissemination, creation, implementation, and management of the collection between 2007 and 2009.

Methodology: an in-depth interview was conducted with the director of the research library, and field work was undertaken with the other Biqfr librarians. The information obtained from these two sources was used to analyse aspects of the introduction of e-books from a diachronic perspective.

Results: the library was one of the first to introduce e-books, which represented certain challenges for the librarians, especially as regards making the resources visible and promoting their use among researchers. The librarians adopted various strategies to create and disseminate the collection, enabling them to gain experience in their management and to identify the unique characteristics of this resource in comparison with traditional journals and databases.

1 Introducción

Aunque la entrada del libro electrónico (en adelante e-book) en las bibliotecas de investigación tiene lugar en los años noventa —casi en paralelo con la de las revistas electrónicas—, lo cierto es que este recurso no tuvo la misma acogida que éstas por los usuarios (Alonso; Cordón; Gómez, 2011). El grado de desarrollo y las utilidades del e-book fueron, sin duda, alguna de las causas. Sin embargo, los avances tecnológicos y los nuevos contextos de aprendizaje en línea apoyados en el uso de las tecnologías de la información hacen surgir nuevas necesidades en los usuarios. Empiezan paulatinamente a incorporar el e-book de carácter científico-técnico como otra fuente más de información; a este hecho se le añade el aumento de la oferta de contenidos por parte de los editores, la mayor disponibilidad de fondos en las bibliotecas de investigación y la mejora tecnológica de los soportes de lectura, así como su popularización.

Distintos estudios han coincidido en señalar la importancia que tienen las bibliotecas universitarias y de investigación en la integración de este recurso electrónico. A nivel internacional están los resultados que obtuvo uno de los grandes estudios que realizó el JISC National e-Book Observatory en el 2008 y 2009, que señalaba que «las bibliotecas tienen un papel central en proveer e-books de texto para los usuarios pero actualmente esto es complejo» (JISC, 2009). Otro importante estudio llevado a cabo por Renner, para Springer, basado en una encuesta a bibliotecarios de seis instituciones encontró que «muchas bibliotecas reconocen que los e-books ofrecen una oportunidad ideal para incrementar las colecciones existentes, mientras los usuarios aumentan su experiencia al mismo tiempo» (Renner, 2007). Por su parte, las encuestas llevadas a cabo por Publishers Communication Group, Ins., en el 2008 a 100 bibliotecarios y en el 2009 a 119 bibliotecarios universitarios de diferentes instituciones de los Estados Unidos con experiencia en el manejo de los e-books, demostró que para éstos los «los e-books se perciben como una herramienta muy práctica para ampliar el acceso de los usuarios hacia contenido de calidad» (Publishers Communication Group, 2008) y, a su vez, apuntaba a una mejor y mayor adaptación de los bibliotecarios a los e-books (Publishers Communication Group, 2009). Un ejemplo de ello fue la encuesta realizada a 138 bibliotecarios de 13 países, donde el 44 % de los participantes señalaron «que su biblioteca posee 10.000 o menos ebooks… y son la simplicidad y facilidad de uso de nuestros e-books las características mejor valoradas por los bibliotecarios» (Newman; Bui, 2010).

Dewan expresa con claridad la actitud deseable en las bibliotecas universitarias con respecto al e-book «durante este tiempo de cambio de formato, tenemos que ser proactivos, no reactivos… Nuestra misión es facilitar este cambio viéndonos como un instrumento en el proceso de adquisición de conocimientos, en el formato que se necesite» (Dewan, 2012). Sin embargo, las conclusiones de otro trabajo llevado a cabo a través de entrevistas semiestructuradas a 27 bibliotecarios de 7 bibliotecas universitarias del Reino Unido mostró «que el proceso de selección para los e-books es complejo porque hay muchos criterios que deben tomarse en consideración, y la importancia relativa de estos criterios puede variar en diferentes circunstancias». En este mismo estudio se concluía: «Las bibliotecas universitarias se encuentran en una fase experimental en cuanto a la adquisición, selección y otros procesos asociados con los e-books» (Vasileiou; Hartley; Rowley, 2012).

En el contexto español, la entrada de los e-books en las bibliotecas universitarias y de investigación según el estudio de Pérez y Moscoso plantea la necesidad de nuevos perfiles bibliotecarios adaptados a estos entornos que acentúen «las funciones del bibliotecario como gestor, intermediario, intérprete de la Red y formador de usuarios» (Pérez; Moscoso, 2007). Alvite y Rodríguez concretan este aspecto, al señalar «los bibliotecarios tienen la responsabilidad de ayudar a sus usuarios a comprender la creciente complejidad del mercado de la información y la amplia gama de recursos disponibles para la investigación» (Alvite; Rodríguez, 2009).

Las bibliotecas de investigación han debido adaptarse gradualmente —y aún están en esa fase— a la irrupción del ebook en sus colecciones y a la actualización o redefinición del perfil de sus bibliotecarios.

El estudio de caso que aquí se presenta, el de la Biqfr (Biblioteca Instituto de Química-Física «Rocasolano») del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), pretende describir qué procesos y cambios se han producido para la incorporación, integración y consolidación del e-book en su colección.

 

2 Objetivos

La Biqfr del CSIC es un ejemplo de biblioteca de investigación especializada en química, física, biología estructural, bioquímica, entre otras disciplinas. Fue fundada en 1946, al mismo tiempo que el Instituto de Química-Física «Rocasolano», y desde sus orígenes la Biqfr fue innovadora para su época: libre acceso, expositores de revistas para los últimos números y último año, etc. Entre sus usuarios se encuentran los 62 investigadores pertenecientes a dicho Instituto, es decir los investigadores en plantilla, investigadores posdoctorales, investigadores OPIS, científicos titulares, investigadores científicos y profesores de investigación. Además, esta biblioteca también cuenta con otros usuarios online que pertenecen a los distintos institutos del CSIC, por lo que potencialmente su número se incrementa. Dentro de la Red de bibliotecas del CSIC, la Biqfr fue pionera, en 2007, en la adquisición de e-books. Su trayectoria y su política en relación con el e-book son un buen ejemplo de los cambios que están viviendo las bibliotecas con la implementación de este recurso electrónico dentro de la oferta de contenidos que ofrecen a sus usuarios.

Este artículo pretende analizar la formación de la colección de e-books científico-técnicos de la Biqfr, así como la estrategia adoptada para su formación durante el periodo 2007-2009. A partir de 2010, la Biqfr se suma a la compra cooperativa de ebooks de las bibliotecas que conforman la Red de bibliotecas del CSIC y cuya actividad está coordinada y centralizada en la actual URICI (Unidad de Recursos de Información Científica para la Investigación). Desde ese momento la política de adquisiciones varía pues ha de atenderse a las bibliotecas y presupuestos de muchas bibliotecas y de áreas científicas muy diversas. Sin embargo, la Biqfr se une a esta iniciativa centralizada porque conlleva beneficios a toda la Red de Bibliotecas del CSIC, tales como: la mayor eficiencia de las compras (resulta más rentable unir los pequeños presupuestos de todas las bibliotecas para hacer una compra conjunta y a la vez se evita comprar e-books duplicados), aumento de e-books disponibles para todos los usuarios del CSIC (ya que se obtiene el acceso a la colección de los e-books a toda la institución), ventajas en la negociación con los editores como institución y no como biblioteca independiente, etc.

El presente estudio de caso persigue los siguientes objetivos:

  • Describir el proceso de incorporación de e-books a una.
  • Analizar las actitudes y estrategias que adoptan los bibliotecarios de la Biqfr hacia este recurso electrónico.
  • Analizar las nuevas funciones de los bibliotecarios (o su redefinición) en relación a este recurso electrónico: difusión de la colección de ebooks, préstamo de lectores, incentivación del uso de los e-books, etc.
  • Identificar el volumen de e-books en el conjunto de la colección.
  • Detectar los principales editores proveedores de contenidos científicos.
  • Conocer los modelos de negocio empleados por la Biqfr para la compra de los e-books.

 

3 Metodología

Para conocer el desarrollo y el estado actual de implantación del ebook científico-técnico en las colecciones de Química y Física de la Biqfr, las autoras realizaron, por una parte, una serie de entrevistas en profundidad a la directora de la biblioteca, Esperanza Iglesias.

Dichas entrevistas se realizaron durante las siguientes fechas: 22 de diciembre de 2011, 3 de febrero de 2012 y 22 de marzo de 2012, las cuales tuvieron una duración de más de una hora y fueron realizadas de acuerdo a la estructura de los guiones diseñados, los cuales, a través de sus preguntas, exploraban: las modalidades de licencia, las estrategias de difusión y gestión, el volumen de la colección o las disciplinas cubiertas, las actitudes de los bibliotecarios, entre otros aspectos que buscaban profundizar en los temas de interés señalados en los objetivos de este estudio.

Por otra parte, también se tuvo en cuenta toda la información recopilada, fruto de un proceso de observación y del trabajo de campo desarrollado con los demás bibliotecarios de esta biblioteca de investigación, durante un periodo aproximado de tres años.

Asimismo se consultaron todo tipo de documentos técnicos, proporcionados por la propia biblioteca, fundamentalmente memorias de actividad, información publicada en su web y estadísticas de uso de los e-books.

 

4 Resultados

En noviembre de 2007 la Biqfr adquiere los primeros e-books científico-técnicos e inicia su experiencia con este recurso electrónico. En aquel momento, ninguna otra biblioteca del CSIC —que es el organismo que concentra más bibliotecas de investigación de España— había adquirido tantos e-books. La adquisición de fondos electrónicos se produce como apuesta por el nuevo tipo de documento. Puesto que la Biqfr forma parte de una red de bibliotecas, desde el momento en que adquiere la colección de e-books ésta pasa a estar disponible para todos los usuarios de las bibliotecas del CSIC.

Con el objetivo de dar mayor visibilidad y protagonismo a la colección de ebooks que se iba formando, desde la sección «online» de la página web de la Biqfr se separaron claramente los libros de las revistas, mediante la implementación de un gestor de recursos llamado A to Z. Durante el periodo 2007-2009, en que la Biqfr tuvo autonomía en la gestión de estos recursos, la colección creció al ritmo y con los proveedores que se reflejan a continuación:

 

Compra de los e-books de Biqfr por editores

Gráfico 1. Compra de los e-books de Biqfr por editores

 

Según las cifras aportadas por la Biqfr, en 2007 adquirió aproximadamente un total de 1.475 e-books frente a 60 libros en papel.

En 2008 el volumen de compra descendió significativamente (252 e-books frente a 41 libros impresos) y en 2009 volvió a subir, ya que se compraron casi un total de 912 e-books frente a los 67 libros en papel.

Es importante señalar que el número de e-books comprados varía mucho de un año a otro porque cada año se realiza una selección dentro de toda la oferta editorial para buscar aquellos editores que cubran las necesidades reales temáticas de los usuarios en este tipo de recurso electrónico y se encontró que Springer fue el que en mayor medida respondia a este requerimiento, por este motivo en 2007 la Biqfr hizo una apuesta fuerte por este editor, debido a que se detectó que su oferta de e-books cubría muchas de las lagunas temáticas que requería la biblioteca.

 

4.1 Proveedores de contenidos y uso de la colección

De acuerdo a su especialización temática (química, física, biología estructural, bioquímica, entre otras), la Biqfr compró sus e-books principalmente a Taylor & Francis, Wiley, Springer, Elsevier y a otros editores como Cambridge University Press, Oxford University Press, CRC Press, etc., a través del agregador MyiLibrary.

Uno de los indicadores clave en la apuesta por el e-book es el número de consultas recibidas. Desde la dirección de la Biqfr se analizaron las estadísticas de uso, proporcionadas por cada uno de los principales editores proveedores para el periodo (2007-2008), con el objetivo de conocer el grado de aceptación de estas colecciones y de mantener o reorientar la política de adquisiciones. La siguiente tabla muestra los datos de uso más relevantes.

 

Editor Nº títulos adquiridos % títulos utilizados Nº capítulos descargados
Springer
1.371
28 %
39.737
Wiley
246
82 %
5.236
Taylor & Francis
88
53 %
164
Elsevier
22
68 %
24.533

Tabla 1. Estadísticas de uso de los e-books, periodo 2007-2008

 

Un total de 1.008 e-books fueron consultados en la Biqfr. Esta cifra resulta muy expresiva y permite concluir una buena acogida de la colección de e-books por parte de los usuarios, sobre todo al compararla con los 320 libros impresos que fueron prestados por la biblioteca.

Este dato permite hacer una valoración global del uso de la colección, pero también permite alguna consideración acerca de la unidad de información. La descarga de capítulos es mucho más frecuente que la descarga de libros completos, que no se descargan tanto como unidad monográfica. La directora de la Biqfrplantea que los ebooks están siendo tratados por los editores como si fueran revistas, es decir, como una sucesión de capítulos y no como una unidad.

En relación con los formatos y las descargas, la directora de la biblioteca también señala que el formato EPUB está siendo menos utilizado por los editores, lo que obliga al usuario en ocasiones a transformar el PDF en EPUB para poder leer en diferentes dispositivos. Así pues, es claro que los editores deben continuar trabajando para mejorar y adaptar cada vez más las prestaciones de los e-books a las reales necesidades de los usuarios.

 

4.2 Modelos de negocio y estrategias de difusión empleadas por la Biqfr

Entre los modelos de negocio propuestos por los distintos editores científicos para la compra de sus e-books, se encuentra el Pick & Choose, que es la compra a través de la selección título a título; este modelo presenta ventajas con respecto a la compra de colecciones completas, que es otra de las modalidades ofertadas. De hecho, fue el modelo elegido por la Biqfr pues permite que los títulos comprados se ajusten mejor a los intereses y necesidades de los usuarios de la biblioteca. Además de ser el más viable para una biblioteca de este tipo, es también más razonable que la compra de colecciones, que incluyen títulos de escaso interés para determinado tipo de bibliotecas. Asimismo, en relación al modo de adquisición de los e-books, en la Biqfr prevalece la compra frente a la suscripción y el tipo de uso suele ser colectivo, pero esto va de acuerdo a las licencias que establece cada editor dado que hay algunos que establecen límites al momento de copiar, imprimir, compartir, etc.

A partir de la experiencia de compra de e-books en esta biblioteca se puede deducir que los modelos de negocio que actualmente proponen las editoriales con las que trabajó la Biqfr, aún no son lo suficientemente flexibles y, de alguna manera, obstaculizan el proceso de consolidación definitivo de este recurso electrónico en las bibliotecas. Sin embargo, en este proceso intervienen también de manera definitiva los usuarios, en tanto que lectores potenciales del fondo que se adquiere y destinatarios de la colección de la biblioteca y, por supuesto, la receptividad de la propia biblioteca hacia el recurso y sus usos. En este sentido, la Biqfr destinó entre 2007 y 2009 el 70 % del presupuesto destinado a este recurso electrónico. Es decir, vio en los e-books un recurso interesante y con futuro para sus usuarios.

Desde el punto de vista del tratamiento técnico de los e-books, el equipo de bibliotecarios de la Biqfr identificó diferencias con respecto a los otros tipos de recursos electrónicos. Así, por ejemplo, si se optaba únicamente por catalogarlos e incluirlos en el catálogo colectivo de las bibliotecas del CSIC, se limitaba su visibilidad. Al tratarse de un recurso nuevo y aún desconocido por los usuarios, los bibliotecarios consideraron necesario darle un tratamiento técnico distinto, para destacar su presencia en la colección.

Asimismo los bibliotecarios se plantearon las siguientes cuestiones como la forma de darlos a conocer y promocionar su uso. En este sentido se llevaron a cabo distintas actuaciones:

a) Diferenciación del acceso a revistas y libros en la web de la Biqfr, con el objetivo de destacarlos e impulsar su uso.

 

Interfaz de búsqueda  lista A to Z: web de la Biqfr

Figura 1. Interfaz de búsqueda lista A to Z: web de la Biqfr

 

b) Publicación de una sección específica en el blog de la biblioteca dedicada al e-book, con el objetivo de proporcionar información novedosa a los usuarios sobre este recurso electrónico.

c) A partir de 2008 crearon y alimentaron un fichero Excel con la relación de ebooks que se adquieren cada año, especificando título, materia y URL. Este archivo se puede descargar desde la web de la biblioteca y pretende hacer las funciones de un boletín de novedades, en el que se incluyen las adquisiciones propias de la Biqfr y también las de la URICI del CSIC. Así se informa de todos los recursos a los que el usuario tiene acceso. Para dar visibilidad a este archivo, se publican periódicamente posts informativos en el blog de la biblioteca que anuncian la existencia y actualización del mismo.

d) Con la finalidad de difundir lo que la Biqfr estaba desarrollando en relación a los e-books y generar un intercambio de opiniones en toda la red de bibliotecas del CSIC, la Biqfr realizó dos cursos de especialización sobre el e-book destinados fundamentalmente a bibliotecarios de la institución CSIC. Igualmente, la Biqfr organizó junto con Swets y en colaboración con URICI y la TNT (Biblioteca Tomás Navarro Tomás), del CCHS (Centro de Ciencias Humanas y Sociales) del CSIC, un workshop en mayo de 2010, en el que se trató el e-book desde el punto de vista del editor/productor, del agente de subscripciones y de la biblioteca. Hubo lugar, por tanto, para abordar cuestiones nuevas que se plantean por la llegada del e-book: ventajas e inconvenientes de la adquisición centralizada de e-books, tendencias futuras de este recurso electrónico, los e-readers, su caducidad, funcionalidades y préstamo, los formatos, las plataformas de difusión y comercialización de ebooks, las estadísticas suministradas por editores y su interés para los bibliotecarios, las aplicaciones de la web 3.0, etc.

e) Los bibliotecarios de la Biqfr consideraron importante llevar a cabo un seguimiento de las colecciones de sus e-books, para comprobar el funcionamiento del sistema, los títulos, los enlaces y demás características técnicas. Esta práctica se continúa realizando.

f) La Biqfr implicó a los investigadores del instituto en la selección de e-books para ajustarse lo máximo posible a los intereses de los usuarios.

g) Para ayudar a sus lectores a familiarizarse con los e-books pusieron en marcha el servicio de préstamo de lectores de e-books. En los e-readers se cargaron los 5 e-books más utilizados de Wiley, Springer y Elsevier, según estadísticas de uso. Sin embargo, tal y como lo señalan los bibliotecarios de la Biqfr, este servicio no tuvo la aceptación esperada. Las razones pueden encontrarse, por una parte, en el abaratamiento de los dispositivos, que ha hecho extensiva su compra por parte de los propios usuarios y, por otra, en las dificultades para descargar un libro completo.

h) A partir del 2009 la comisión de la Biqfr redefinió la política de adquisición de los e-books para adaptarla al nuevo entorno: se priorizan los libros de interés general en sus áreas, se intentan cubrir lagunas temáticas de las colecciones y se prima la adquisición de e-books frente a los libros impresos, cuando esto es posible.

 

5 Discusión

La gran trayectoria que ha tenido la Biqfr en relación con el e-book (inició sus compras en 2007) permite conocer con una cierta perspectiva diacrónica el proceso de implantación y aceptación en este estudio de caso que, probablemente, tenga muchos puntos en común con otras bibliotecas de investigación. La apuesta por el e-book de la Biqfr fue clara y fuerte: de hecho, ha prevalecido la compra de éstos frente a los impresos. Esta apuesta fue correspondida por los usuarios pues, según las estadísticas, se superó el 20 % del uso de las diferentes colecciones adquiridas.

La inmediatez del acceso, la comodidad, la disponibilidad permanente, la conectividad, el acceso múltiple, la movilidad, el ahorro de espacio o evitar el deterioro, daño o robo de los libros son algunas de las ventajas de los e-books, señaladas ya en otros estudios (Renner, 2007; Publishers Communication Group, 2008; Ball, 2009; Anuradha; Usha, 2010; Library Journal, 2010; Mincic-Obradovic, 2011).

Estas ventajas impulsan la compra de e-books y hacen que la biblioteca se diversifique en sus formatos y se adapte mejor a los distintos tipos de necesidades de los usuarios. Esto debe implicar un mejor uso de la colección y un mayor dinamismo. Sin embargo, también plantea nuevos problemas como el acceso perpetuo o la propiedad de los contenidos adquiridos.

Para que el asentamiento de un recurso de información sea total debe darse una cierta relación de ritmos entre editores, bibliotecarios, usuarios e intermediarios (agencias de suscripción, plataformas de distribución, etc.). Todo parece indicar que el proceso de consolidación de los ebooks está siendo más lento y cauteloso del que se vivió en el pasado con las revistas electrónicas (Romero; Giménez; Martín, 2010).

De la experiencia de la Biqfr se desprende que la gran mayoría de los editores presentan una serie de situaciones que ralentizan el proceso de implantación y consolidación de este recurso electrónico:

  • Algunos editores científicos están gestionando el e-book como si fuera una revista electrónica y por lo tanto no lo están contemplando como una unidad monográfica, sino como una sucesión de capítulos. Existe dificultad, por tanto, para acceder o descargar la obra completa.
  • Aún existen dificultades técnicas que frenan el uso del e-book y así se concluye también en otros estudios (Publishers Communication Group, 2008). También es común la conclusión de que los bibliotecarios demandan mejoras a los editores para que el acceso a los e-books mejore (Publishers Communication Group, 2009).
  • Muchos editores continúan manejando distintos formatos para sus e-books (PDF, EPUB, TXT, HTML, entre otros), lo que genera problemas de compatibilidad para poder leerse en cualquier dispositivo de lectura.
  • Las estadísticas de uso que proporcionan los editores científicos a los bibliotecarios suelen ser muy generales y poco representativas del uso real de los e-books.
  • Los precios de los e-books científico-técnicos que hay actualmente en el mercado español no son lo suficientemente competitivos, en comparación con los libros impresos; este hecho retrasa las compras más significativas de e-books.
  • La variedad de modelos de negocio crea confusión entre los bibliotecarios (Alonso; Cordón; Gómez, 2011). Se encuentran con un mercado excesivamente complejo y poco adaptado a las necesidades del servicio y de los usuarios (JISC, 2009; Shelburne, 2009). Muchos bibliotecarios coinciden en señalar que las actuales modalidades de negocio de los editores científicos responden más a sus propios intereses que a las necesidades de las bibliotecas y los usuarios (Alonso; Cordón; Gómez, 2011; Perrone, 2009). Tanto en la biblioteca estudiada como en otros análisis (Publishers Communication Group, 2009), el modelo Pick & Choose parece gozar de mayor aceptación.
  • Aunque la oferta editorial de e-books científico-técnicos está incrementando, lo aún no cubre las expectativas de los usuarios.
  • Son pocas las editoriales científicas que proporcionan e-books enriquecidos, de manera que se aprovechan las ventajas multimedia que pueden ofrecer los entornos digitales y a su vez «se pone de manifiesto una débil intervención editorial que a veces se ve reflejada en disfunciones en los cuadros y gráficos, cabeceras, guiones entre palabras o textos a doble columna; que requieren de una mejor intervención editorial para que la lectura sea cómoda» (Alonso; Cordón; Gómez, 2011).

Todas estas preocupaciones coinciden con las señaladas por 27 bibliotecarios de 7 bibliotecas universitarias del Reino Unido (Vasileiou; Hartley; Rowley, 2012), aun siendo este un estudio más reciente.

Aunque las editoriales científicas de las ciencias experimentales fueron las primeras en dar el primer paso para introducir este recurso electrónico dentro de su oferta editorial y hasta el momento son las que ofertan más contenido en formato electrónico, es una realidad que tanto las editoriales científicas como las ciencias humanas y sociales no se detectan «actitudes arriesgadas y/o innovadoras, sino que el sector va moviéndose a partir de las señales que va emitiendo el entorno, en una dinámica de acción-reacción» (Romero; Giménez, 2012).

Sin embargo, quizás es probable que lo anteriormente mencionado sea cuestión de tiempo y paulatinamente los editores científicos se vayan adaptando y mejorando sus apuestas hacia este recurso electrónico, pues «siempre que las bibliotecas sigan siendo los principales clientes de productos de información académica, la fortuna de los editores seguirá estando estrechamente ligada con las bibliotecas» (Anderson, 2010). Pero para que ello finalmente suceda, resulta imprescindible una actitud proactiva por parte de los bibliotecarios, especialmente en lo que concierne al diálogo con editores para transmitirles las demandas de los usuarios.

En la biblioteca estudiada, esta actitud proactiva se tradujo en una serie de estrategias como la difusión de sus colecciones de e-books, la facilidad para usar las plataformas, la accesibilidad a la colección o la formación a sus usuarios, que impulsaron la visibilidad de este recurso electrónico dentro de toda la oferta de contenidos que proporciona la Biqfr.

La Biqfr experimentó claramente las tres áreas de procesos y servicios que implica la integración de este recurso electrónico en una biblioteca: adquisición, organización y circulación (Alonso; Cordón, 2010). Se ha promovido especialmente la circulación de los e-books. Otras bibliotecas analizadas en otros estudios coinciden con la Biqfr en resaltar la importancia de que los bibliotecarios promuevan el uso del e-book a través de una efectiva difusión y a la vez mejorando la accesibilidad de este recurso electrónico a los usuarios (Dinkelman; Stacy, 2007; Alvite; Rodríguez, 2009; Newman; Bui, 2010; Zhang; Beckman, 2011; Dewan, 2012). Igualmente, las «actividades de promoción de los recursos electrónicos deben enmarcarse dentro de un plan estratégico, que tenga como objetivo la promoción de recursos específicos, tales como los » (Lonsdale; Armstrong, 2010) y, por otra parte, una de las conclusiones del estudio de Springer señala que las «bibliotecas puedan expandir el uso del e-book a una población aún mayor de usuarios mediante la concienciación de la disponibilidad de ebooks y garantizar que el contenido de los e-books sea fácil de encontrar y utilizar» (Springer, 2009).

La experiencia de la Biqfr sirve para ejemplificar que el e-book científico-técnico sigue en fase de transición y todos los implicados en la cadena del libro tienen aún un cierto camino que recorrer.

 

6 Agradecimientos

  • Las autoras agradecen la colaboración y participación en el estudio a los bibliotecarios de la Biqfr del CSIC.
  • Este trabajo se ha llevado a cabo gracias a la concesión de una beca/contrato predoctoral en el marco del Programa Junta para la Ampliación de Estudios (JAE) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

 

Bibliografía

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Fecha de recepción: 19/03/2013. Fecha de aceptación: 9/05/2013.

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