Presencia del cómic en las bibliotecas universitarias españolas

 

[Versió catalana]


José-Pablo Gallo-León

Bibliotecario
Universidad de Alicante

 

Resumen

Objetivo: la presencia del cómic en las bibliotecas universitarias españolas aún no ha sido suficientemente tratada. Por ello, se realiza un acercamiento al tema estudiando su implantación por medio de la exploración de los catálogos.

Metodología: se realizará una búsqueda sistemática en el catálogo REBIUN de los títulos seleccionados en el canon de Unicómic. Además, se hará una búsqueda de estudios de cómic en las universidades asociadas a la CRUE. El estudio se complementa con una investigación cualitativa sobre la vinculación del cómic con la universidad y las bibliotecas académicas.

Resultados: se presentan varias posibilidades de introducción del cómic en las bibliotecas académicas y cómo este ha ido ganando su espacio en ámbitos como la universidad norteamericana. Sin embargo, los resultados de la investigación sugieren una presencia aún limitada del cómic en las colecciones de las bibliotecas de nuestro entorno, así como la impartición de pocas asignaturas y estudios oficiales sobre el medio. Existe un número elevado de centros que no cuentan ni siquiera con un título del canon utilizado, mientras que ninguno los tiene todos. Por otra parte, no existe unificación en el tratamiento técnico del cómic en estas bibliotecas.

Resum

Objectiu: la presència del còmic a les biblioteques universitàries espanyoles encara no ha estat prou tractada. Per això, aquest text s'acosta a aquest tema i n'estudia la implantació per mitjà de l'exploració dels catàlegs.

Metodologia: se cerquen sistemàticament en el catàleg REBIUN els títols seleccionats en el cànon d'Unicòmic. A més, es fa una cerca d'estudis de còmic a les universitats associades a la CRUE. L'article es complementa amb una investigació qualitativa sobre la vinculació del còmic amb la universitat i les biblioteques acadèmiques.

Resultats: es presenten diverses possibilitats d'introducció del còmic a les biblioteques acadèmiques i la manera com el còmic ha anat guanyant espai en àmbits com la universitat nord-americana. No obstant això, els resultats de la investigació suggereixen una presència encara limitada del còmic a les col·leccions de les biblioteques del nostre entorn, així com també la impartició de poques assignatures i estudis oficials sobre el mitjà. Hi ha un nombre elevat de centres que no disposen ni tan sols d'un títol del cànon utilitzat, mentre que cap els té tots. D'altra banda, no hi ha unificació en el tractament tècnic del còmic en aquestes biblioteques.

Abstract

Objective. The presence of the graphic novel in Spain’s university libraries deserves to be studied in greater detail. This article reports on catalogue searches used to examine how this kind of book is entering the holdings of these libraries.

Methodology. The catalogue of the Spanish university libraries network REBIUN was used to systematically search graphic novel book titles from the Unicómic series. A further search was made to find academic studies on the graphic novel in the libraries of those universities associated with the Spanish university association CRUE. Finally, qualitative research was also conducted to examine the relationship between the graphic novel and Spanish universities and academic libraries.

Results. The graphic novel is entering university library collections in a variety of ways and has gained increasing presence in certain parts of the world, including the US. In Spain, however, the presence of graphic novels in library collections is still limited, as is the offering of official university degree studies on this genre. Many of the university libraries sampled did not have even one of the books from the series chosen, Unicómic, and none of them offered the whole series. Furthermore, the libraries did not share any standard technical procedure for dealing with this kind of book in their collections.

 

1 Introducción

En este artículo se realiza un acercamiento a la situación del cómic en las bibliotecas universitarias españolas. La presencia del cómic en las bibliotecas parece que ya no debería ponerse en duda. O'English, Matthews y Lindsay (2006) incluso indicaban que no tiene discusión que los cómics, tiras cómicas y novelas gráficas se están coleccionando en las bibliotecas universitarias como legítimos recursos de investigación. Pero esto no está tan claro en otros entornos y, en particular, en el nuestro. A pesar de la inclusión del cómic en ámbitos académicos, aparentemente eso no se ha traducido de forma directa en las colecciones de las bibliotecas universitarias.

Resulta casi imposible encontrar un artículo sobre el cómic y las bibliotecas, tanto en nuestro entorno como incluso en el norteamericano, que no argumente a favor de su introducción en nuestras colecciones, justificada por la importancia cultural del cómic y la paulatina mejora de su imagen social. Esta reiteración nos indica, de por sí, que las dudas persisten en muchos sectores. También es frecuente encontrar investigaciones sobre su utilización como herramientas didácticas y para la alfabetización. Por otra parte, en la bibliografía nacional e hispanoamericana hay cierta abundancia de artículos sobre la presencia del cómic en las bibliotecas públicas, pero eso no se repite en lo que hace referencia a las universitarias.

Con todo ello, y tras la lectura de dos artículos americanos con una línea de investigación semejante (Wagner, 2010; Masuchika, 2010), se planteó la oportunidad de estudiar la situación del cómic en las bibliotecas académicas españolas.

 

2 Revisión de la investigación

La búsqueda de bibliografía profesional sobre la materia da como resultado, como indicaban O'English, Matthews y Lindsay (2006, p. 175), una mayoría de los artículos sobre dos temas: primero, si deben estar estos materiales en la biblioteca; segundo, cómo adquirirlos. En general, deberíamos ampliar este apartado a cómo tratarlos. Esto es, a las dificultades que ofrece su selección, compra, catalogación o clasificación, puesta a disposición del público y conservación.

Sobre este punto, en Estados Unidos quien mejor aborda el tema es Scott (por ejemplo, 1990; 1998; 2005). También podemos recordar los artículos de O'English, Matthews y Lindsay (2006) o Gary W. Markham (2009), además del de Lavin (1998), centrado en la selección. En nuestro entorno varios trabajos abordan estas cuestiones (Funes, 2009; Cuadrado, 2003; Paños, 2008). Hay un número especial de Ítem (34, de 2003) que revisa algunas experiencias, todas ellas de bibliotecas públicas en Cataluña.

Markham (2009) nos recuerda que existe bastante variedad de trabajos anglosajones sobre la falta de aprecio del mundo académico y bibliotecario del cómic con respecto a otras representaciones de la cultura popular, como la ciencia ficción. Entre ellos, Ellis y Highsmith (2000), Scott (1990; 2005) y Krensky (2008).

El artículo más inspirador es el de Cassie Wagner (2010), que exploró la presencia de una lista canónica de ciento setenta y seis títulos en las ciento once bibliotecas universitarias de la ARL (Association of Research Libraries). Glenn Masuchika y Gail Boldt (2010) también hicieron un estudio metodológicamente semejante al presente para ver si las colecciones de cómics de cuarenta y cuatro universidades reflejaban el mismo sesgo contra el manga que los premios y selecciones de obras.

En nuestro entorno, aunque se encuentra cierto número de artículos sobre la presencia del cómic en bibliotecas públicas españolas, no pasa lo mismo en lo referente a las bibliotecas universitarias, donde prácticamente solo localizamos las recomendaciones de títulos vinculados a disciplinas que realizaron Gómez-Hernández y Funes (2016) en Infobibliotecas. Además, un muy breve trabajo en Viñetas de ayer y hoy (Yexus, 2009) sobre una colección en particular, y, ya en el ámbito hispano, un artículo que se refiere a Puerto Rico (Martínez Nazario, 2015), pero que solo constituye una justificación para la inclusión de estas colecciones en sus bibliotecas universitarias, de donde se encuentran ausentes.

Por último, merece la pena destacar el esfuerzo realizado por grupos de trabajo como el de Biblioteca i còmics, del Col·legi Oficial de Bibliotecaris-Documentalistes de Catalunya, o el del aparentemente inactivo Grupo Comicteca.

 

3 Objetivos

El objetivo principal del trabajo es la valoración del grado de presencia del cómic en las bibliotecas universitarias de nuestro país y si esta es suficiente. Subsidiariamente, y sin entrar en justificaciones basadas en su valor cultural, se estudiará su posible utilidad dentro de estos centros, valorando vertientes académicas u otros intereses bibliotecarios. Al tiempo, se realizará una aproximación de la presencia del cómic en la vida académica española.

Con estos datos, se podrá cotejar la correlación entre actividad académica sobre el cómic y su presencia en las colecciones universitarias. También nos permitirá explorar si esta presencia se relaciona con el propio tamaño de la universidad y de las colecciones de cada centro.

 

4 Metodología

La metodología del artículo combina procedimientos cualitativos y cuantitativos. En primer lugar, para la puesta en situación se realiza el tradicional análisis de la bibliografía precedente, del que se infieren resultados sobre la relación del cómic y la academia.

El eje principal de la investigación se articula en torno a un estudio cuantitativo de la presencia de diversos títulos canónicos de cómic en las colecciones y se extraen conclusiones de ella. Se compara, así, una lista de títulos que puedan ser considerados fundamentales dentro del mundo del cómic con los fondos bibliográficos de las bibliotecas universitarias españolas mediante una búsqueda en sus catálogos. Este punto obliga, a su vez, a un estudio cualitativo previo para determinar los títulos que deberían encontrarse en las colecciones en las bibliotecas, para lo que se utiliza un canon cuya selección requiere una explicación mayor.

 

4.1 Selección del canon de cómics

Para realizar la búsqueda descrita se tenía que elaborar una lista a modo de canon del cómic. No se utilizaron las listas aplicadas en los artículos señalados como referencia porque se centraban en el manga (Masuchika, 2010) o por su sesgo exclusivamente norteamericano (Wagner, 2010). Tomando el ejemplo de este segundo, se podría haber optado por elaborar un canon propio, incorporando los cómics con los premios más conocidos (Nacional, Angulema, Saló de Barcelona, Eisner, Harvey, etc.), pero se corría el riesgo de omitir algún clásico y no tener una lista homogénea.

Por supuesto, existen algunas referencias, como la obra de Stephen Weiner (2005) The 101 Best Graphic Novels —que, a propósito de la investigación, solo se encuentra dentro del catálogo REBIUN en la Universidad de Cantabria—, también El canon de los cómics,de Ramón de España e Ignacio Vidal-Folch (1996), o 1001 cómics que hay que leer antes de morir (Gravett [ed.], 2012). También guías vinculadas a bibliotecas, como las de Tecla Sala (Còmic: per a totes les mirades, 2005); la primera Brújula para tebeos. Guía de viajes por la Comicteca de la Biblioteca Regional de Murcia (2009); Komiki Gida de la Biblioteca de Mondragón, coordinada por Antonio Altarriba (2013), y la Guía de cómics de la Subdirección General de Bibliotecas de Madrid (2005). Desde el mismo ámbito, la ya citada selección de Gómez-Hernández y Funes (2016), una alternativa interesante, pero con títulos mucho menos conocidos y reconocidos. Todas ellas, por orientación, subjetividad u otras causas, no resultaban plenamente satisfactorias.

Con todo ello, se ha elegido el canon que ha ido preparando la asociación Unicómic de la Universidad de Alicante desde 2010, y que puede verse en la tabla 2 (Rovira, 2015). Se trata de una lista equilibrada, con un número de títulos suficiente, que incluye por igual series y novelas gráficas, y títulos de las principales procedencias. Además, es el resultado de una votación entre varios expertos.

 

4.2 Aclaraciones terminológicas

Conviene delimitar en la metodología que se ha preferido el uso del término cómic como el más genérico, combinándolo con historietas o tebeo,cuando hablemos del cómic español, y con manga,cuando tratemos ejemplos de origen japonés. Asimismo, se usará el de novela gráfica solo cuando nos refiramos a este formato.

Recordemos que novela gráfica fue una denominación acuñada por Will Eisner en 1978 para su obra Contrato con Dios y otras historias de Nueva York, básicamente por motivos comerciales, para ganar prestigio (Lewis, 2004), pero que ha conseguido asentarse para referirse a cómics del tamaño y longitud de una novela. Este asentamiento ha costado más en el orden comercial, como indicaba otro de los grandes precursores del formato, Art Spiegelman (2012), en el prólogo de la adaptación de Ciudad de cristal, narración de Paul Auster llevada al formato de novela gráfica, en el que señalaba de paso la rareza de tales adaptaciones.

Además, como indican Rovira y Rovira (2012, p. 244), no debemos confundir el concepto de canon artístico o selección de títulos clásicos con su homónimo empleado dentro del mundo del cómic. Esto es, aquellos títulos que se ajustan a la línea argumental principal, ya que a menudo los personajes más longevos, particularmente en el género de superhéroes, toman derroteros diversos en su larga vida editorial.

 

4.3 Desarrollo de las búsquedas

Para la ejecución de las búsquedas se ha empleado directamente el catálogo colectivo de REBIUN durante la última semana de enero de 2017. Desafortunadamente, la búsqueda ha tenido que realizarse usando diversos campos por no existir unificaciones de criterios, como la utilización de un campo 655 de cómic, usado por algunas bibliotecas. Otras consignan la información en el campo 300, pero no existe uniformidad al respecto. Con todo ello, se ha buscado preferentemente por título, pero a menudo se ha tenido que combinar o sustituir por el autor. Este es el caso de la serie Tintín, de Hergé, o de Superlópez, de Jan, pues resultaba más sencilla la limpieza de la lista de esta forma. La única limitación utilizada es la del formato libro.

Se han eliminado los libros sobre, como Metamaus del propio Spiegelman, por no ser propiamente cómic. Se ha contado cada título una sola vez por cada aparición en una universidad, sin tener en cuenta repeticiones de títulos por diversas ediciones y obras publicadas en varios volúmenes o de forma unificada. Esto ha sido especialmente crítico en el caso de las series, pues se da el caso de que hay universidades que cuentan con un solo álbum de Mafalda o Astérix que, sin embargo, aparecerán en la lista, pero resultaba prácticamente inevitable. Finalmente, se ha intentado tener en cuenta cualquier variación de idioma, algo especialmente crítico en obras como la serie Astérix. En las series no se especificó qué título es el más abundante por considerarlo de interés marginal.

Además, para realizar la comparación con los estudios e interés sobre el cómic que tienen las diferentes universidades, se han realizado varios tipos de búsqueda: de forma individual en los motores de búsqueda de cada universidad asociada a Crue Universidades Españolas, reforzándola con el buscador Google para buscar asignaturas, y centrando la búsqueda en la materia "cultura popular" (sin éxito) y en los estudios de Comunicación Audiovisual, al haber observado que era la titulación más proclive al estudio del medio.

 

5 Razones para la presencia del cómic en la universidad

Cabe preguntarse si se debe dedicar un apartado a la conveniente presencia del cómic en la universidad cuando, como hemos dicho, casi todos los artículos sobre el tema incorporan un pequeño ensayo justificativo al respecto. Pero sí parece interesante realizar un acercamiento a las aplicaciones que el cómic puede tener en este ámbito.

Ciertamente, los cómics son cada vez más tomados en serio en la sociedad y, por ende, en el mundo universitario. Recordemos los premios nacionales de cómic, el impacto de obras como Arrugas de Paco Roca (originalmente publicada en francés en 2007 como Rides) o Paracuellos de Carlos Giménez,o que se hayan otorgado premios literarios y periodísticos de prestigio a cómics, como el American Book Award de 1996 a Palestine de Joe Sacco (aunque fue originalmente publicado por entregas entre 1993 y 1995 en Fantagraphics), el Hugo a Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons (1986–1987) o el Pulitzer especial de 1992 a Maus de Art Spiegelman (1977–1991). De hecho, ese último galardón es el argumento reiteradamente utilizado para ejemplificar el cambio en el prestigio académico de los cómics.

Sin embargo, incluso para Estados Unidos se hablaba de la "profundamente enraizada suspicacia hacia el medio en la comunidad académica americana" (Baetens, 2001, p. 7, citado por O'English; Matthews; Lindsay, 2006, p. 178). Así, el interés académico por el cómic no empieza hasta los años sesenta con los estudios sobre la cultura popular y su influencia en la conformación de la sociedad, gracias a investigadores como Ray Browne, de la Bowling Green State University, y Russel B. Nye, de la Michigan State University (MSU). Esto provocó que se tuviera en cuenta a los cómics en las colecciones de las bibliotecas académicas, de donde habían estado totalmente ausentes con anterioridad (Ellis, 2000, p. 31–32).

Hace ya cierto tiempo que Rovira y Rovira (2012, p. 224) nos indicaban que quizás "ahora es más fácil elaborar un discurso en cuanto a la importancia del cómic y la historieta en el mundo académico" que quince años antes, cuando resultaba difícil encontrar estudios sobre el tema. Realmente, tampoco es que se haya mejorado mucho desde entonces, pero sigue existiendo un trabajo continuado que va dando sus frutos. Como decía Manuel Barrero casi al mismo tiempo, "la docencia está muy diseminada aunque bien enfocada en cada departamento" (Osuna, 2011), puesto que los acercamientos al medio son muy diversos según la orientación de la investigación o docencia. Eso sí, también opinaba que "en ocasiones, se sigue partiendo de asertos ya solventados (como el dichoso origen del medio), apreciaciones sesgadas (sobre cuestiones como la 'censura', muchas veces inexistente), errores de bulto (dataciones imprecisas o afirmaciones ya muy clarificadas sobre su evolución) o planteamientos muy discutibles (identificar el cómic como un género literario o que su forma álgida es la 'novela')" (Osuna, 2011).

Fusionando las opiniones de diversos autores (Serchay, 1998; Scott, 1998; Lavin, 1998; O'English, 2006), podríamos citar varios ejemplos de orientaciones académicas para la docencia e investigación:

  • Para estudio del género en sí mismo, por sus valores artísticos y literarios.
  • Para estudio de la cultura popular y como reflejo de la sociedad que los produjo (historia social). Esta es la línea más desarrollada en Estados Unidos. El cómic nos muestra el desarrollo de la sociedad a lo largo del siglo xx, "nos ayuda a comprender un entorno tanto como otras fuentes de la historia social, tal que censos o protocolos notariales" (Rodríguez Moreno, 2013, p. 85). Nos indica lo que somos, no lo que decimos que somos (Lewis, 2004), y proporcionan evidencias de los cambios sociales, así como de los sucesos históricos y presentes (Bussert, 2005, p. 103).
  • Para el aprendizaje de técnicas de diseño gráfico e ilustración (Lavin, 1998, p. 32).
  • Para la didáctica y apoyo al estudio de diversas materias. Sobre estas posibilidades se ha hablado repetidamente en las jornadas Unicómic de la Universidad de Alicante. Sin embargo "a pesar de que ya no se discuten estas posibilidades, a menudo cualquier cómic ha sido menospreciado o considerado como subliteratura enfocada a un público infantil y solamente útil para los inicios de la alfabetización" (Rovira, 2012, p. 226). Podemos volver a citar al respecto la selección de Gómez-Hernández y Funes (2016) para apoyar diversos estudios universitarios.
  • Vinculado a la adquisición y desarrollo de competencias visuales (Lavin, 1998, p. 32; Zanin-Yost, 2014).
  • Para la docencia de escritura creativa (O'English, 2006, p. 178).
  • Para el aprendizaje de lenguas, tal y como se utiliza para el aprendizaje lector.

Si el cómic está en la universidad, debería estar en sus bibliotecas, aunque esto, como sabemos, no siempre supone una relación directa en nuestro entorno. No obstante, en las bibliotecas universitarias se pueden añadir algunas razones extras a las puramente académicas que acabamos de ver:

  • Tradicionalmente se han usado para atraer lectores jóvenes, lo cual quizás ya no tenga tanto sentido, y como herramienta para el desarrollo del hábito lector.
  • Para el ocio. Al respecto, "las novelas gráficas pueden quizás ser el mecanismo para la vuelta al ideal humanístico según el cual la lectura debería al tiempo educar y deleitar" (O'English, 2006, p. 180).
  • Como colecciones de fondo: materiales que la biblioteca debe tener para reflejar el estado de la cultura, tanto como una novela de prestigio, si queremos atender a una motivación verdaderamente universitaria de nuestras colecciones.
  • Y, como citábamos antes, Zanin-Yost (2014) añade que son un gran instrumento puente para la formación en competencias visuales incluso en las bibliotecas académicas, debido a su combinación de palabra e imagen.

 

6 Panorama de la relación del cómic y la biblioteca universitaria

6.1 Tradición de una actitud entre la indiferencia y el menosprecio

Allen Ellis y Doug Highsmith (2000) investigaron sobre la evolución de la actitud de los bibliotecarios para con el cómic y sus causas mediante un estudio bibliográfico exhaustivo durante sesenta años, que refleja un interés bastante escaso en el tema hasta los años noventa del siglo pasado. Hasta los setenta la literatura profesional se centró en el debate sobre si debían estar los cómics en las bibliotecas. A partir de entonces es cuando se empieza tímidamente a hablar sobre cómo desarrollar su colección o tratarlos (Ellis, 2000, p. 31–32).

La actitud hostil con el cómic, como subproducto cultural incluso pernicioso para la juventud, caló profundamente en la élite cultural y académica desde los años cuarenta, incluyendo a la mayoría de los bibliotecarios. Esta actitud se mantuvo en la profesión durante décadas, hasta alcanzar una respetabilidad representada por la aparición de la obra Comics Librarianship: A Handbookde Randall W. Scott (1990) (Ellis, 2000, p. 22). Y es que a menudo fueron los propios bibliotecarios los que lideraron el menosprecio de los cómics, quizás para reforzar su imagen de protectores de la cultura (Ellis, 2000, p. 30).

En este sentido, los mismos autores señalan como causas de la escasa popularidad de los cómics entre los bibliotecarios durante décadas el elitismo cultural de muchos de ellos; pero también que el formato tradicional hasta la aparición de las novelas gráficas los hacía poco manejables en bibliotecas. Añaden la feminización de la profesión, ante un formato que ha sido leído mayoritariamente por hombres (Ellis, 2000, p. 40), aunque esto último parece bastante discutible. Sí que parece que buena parte de la oposición dentro de las bibliotecas con respecto al medio puede venir de la preocupación sobre su tratamiento: catalogación, adquisición, protección, etc. (O'English, 2006, p. 178).

 

6.2 Dificultades en el tratamiento del cómic en las bibliotecas

Muchos autores hablan de las dificultades de la incorporación de los cómics a la biblioteca desde un aspecto puramente técnico: sus circuitos de adquisición difieren de lo que estamos acostumbrados y son restringidos, requieren una catalogación especial y sus formatos son muy diversos y, a menudo, endebles. Lavin (1998, p. 32) indica que, aunque el bibliotecario admita la necesidad de incorporar cómics a sus colecciones, se encuentra con múltiples problemas técnicos, como los descritos.

En los años setenta aún no había ninguna instrucción ni experiencia sobre cómo tratar los cómics en las bibliotecas. La catalogación de cómics comenzó a finales de esa década, junto con la expansión de la automatización en Estados Unidos (Scott, 1998, p. 50–51). Se trata de materiales complicados de describir, pues no se adaptan bien a las normativas existentes, ya que requiere un tratamiento muy diferente una novela gráfica que una serie de comic-books, muchas veces con variaciones de autoría y presentación durante su historia editorial.

Igualmente, su presentación, ordenación y conservación resulta difícil, sobre todo en lo referente al tradicional formato comic-book o de cuadernillo grapado. Más aún si agrupamos los diferentes formatos en un mismo espacio. Y es que, al fin y al cabo, pretendemos homogeneizar el tratamiento de un medio con semejante diversidad de formatos que el escrito.

Además del mencionado Randall Scott, quien se basó en su experiencia en la MSU (1990; 1998; 2005), en España, y dados los diferentes circuitos de adquisición y particularidades de la catalogación y clasificación, parece más lógico fijarse para estos temas en experiencias nacionales, como las también citadas de la Biblioteca Regional de Murcia (Funes, 2009), o en otras bibliotecas como Tecla Sala (L'Hospitalet de Llobregat) (Cuadrado, 2003) o Can Fabra (Paños, 2008).

 

6.3 Bibliotecas de investigación sobre el cómic

El resultado de los cambios de actitud descritos es la aparición de bibliotecas que pueden considerarse de investigación sobre cómic, muchas veces asociadas a colecciones recibidas por grandes donaciones. Serchay (1998, p. 44–47) mencionaba alrededor de cincuenta bibliotecas universitarias, públicas y de museo que podrían ser incluidas en esta recopilación. La mayoría son norteamericanas, pero también incluye europeas y de otras partes del mundo. El mismo autor indicaba que la mayor colección del mundo es la de la Library of Congress (p. 38), la segunda más ambiciosa es la de la MSU, vinculada a estudios de cultura popular. Esta universidad es también importante porque desarrolló su propio sistema de clasificación, basado en el LCC. Fuera de Estados Unidos, el autor destacaba la de la Universidad de Sídney (p. 43).

Aún se puede localizar una lista de cincuenta y ocho bibliotecas de investigación sobre el cómic (Comic Research Libraries), cuya última actualización fue de 2009 y que aparentemente es un fichero que quedó perdido en una de las remodelaciones de la página principal, de la colección de cómic de la MSU. Además, en Wikipedia mencionan nueve diferentes colecciones, entre las que no se incluye la de Sídney, pero sí dos británicas (British Library y Universidad de Kent), además de la Pública de Nueva York.

 

7 Resultados

En cuanto al número de títulos que hay en cada universidad (tabla 1):

  • Ninguna universidad tiene ejemplares de los treinta títulos del canon, y doce de las setenta y seis universidades no tienen ninguno de ellos. Además, otras veintitrés tienen cinco o menos títulos.
  • Nueve universidades tienen una colección con veinte o más títulos. Esta cifra sube a veinte universidades (un 26 % del total), si se establece un mínimo de quince títulos (de treinta).
  • La universidad que más títulos atesora es la del País Vasco, con veintiséis. Muy próximas a esta cifra se encuentran las de Sevilla y Cantabria (veinticinco), Málaga y Politécnica de Valencia (veinticuatro) y Granada (veintitrés).

 

Universidad
Núm. de títulos
Euskal Herriko Unibertsitatea
26
Universidad de Sevilla
25
Universidad de Cantabria
25
Universidad de Málaga
24
Universitat Politècnica de València
24
Universidad de Granada
23
Universitat Pompeu Fabra
21
Universitat Rovira i Virgili
21
Universidad Complutense de Madrid
21
Universitat de Barcelona
20
Universitat Jaume I
20
Universidad Autónoma de Madrid
19
Universidad de Castilla-La Mancha
18
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
17
Universidade da Coruña
17
Universidade de Vigo
17
Universidad de La Rioja
17
Universidad de Cádiz
16
Universidad de Burgos
16
Universidad de Deusto
16
Universidad de Córdoba
15
Universidade de Santiago de Compostela
15
Universidad de La Laguna
13
Universitat Autònoma de Barcelona
13
Universitat Politècnica de Catalunya
12
Universitat Ramon Llull
12
Universidad de Valladolid
11
Universitat de València
11
Universidad de Alcalá
11
Universidad de Navarra
11
Universidad de Alicante
10
Universidad de León
9
Universidad de Zaragoza
8
Universitat de les Illes Balears
8
Universidad Politécnica de Madrid
8
Universidad Carlos III de Madrid
7
Universidad de Murcia
7
Universidad de Huelva
6
Universidad de Oviedo
6
Universidad de Salamanca
6
Universidad de Extremadura
6
Universidad de Jaén
5
Universidad Pablo de Olavide
5
Universidad de Almería
4
Universitat de Girona
4
Universitat de Lleida
4
Universidad Nacional de Educación a Distancia
4
Universidad Pública de Navarra
4
Mondragon Unibertsitatea
4
Universidad San Jorge
3
Universitat de Vic
3
Universidad Antonio de Nebrija
3
Universidad Europea de Madrid
3
Universidad Pontificia Comillas
3
Universidad Miguel Hernández de Elche
2
Universidad Alfonso X El Sabio
2
Universidad Camilo José Cela
2
Universidad CEU San Pablo
2
Universidad Francisco de Vitoria
2
Universidad Pontificia de Salamanca
1
IE University
1
Universidad CEU Cardenal Herrera
1
Universidad Rey Juan Carlos
1
Universidad Politécnica de Cartagena
1
Universidad Loyola Andalucía
0
Universidad Internacional de Andalucía
0
Universidad Católica de Ávila
0
Universidad Europea Miguel de Cervantes
0
Universitat Abat Oliba CEU
0
Universitat Internacional de Catalunya
0
Universitat Oberta de Catalunya
0
Universidad Internacional Menéndez Pelayo
0
Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir
0
Universidad Internacional de La Rioja
0
Universidad a Distancia de Madrid
0
Universidad Católica San Antonio de Murcia
0

Tabla 1. Número de títulos del canon en las colecciones de cada universidad

 

Si nos detenemos en los títulos más representados (tabla 2):

  • El título o serie más representado es Astérix, en cincuenta y cinco bibliotecas, seguido de Persépolis (cuarenta y nueve), Tintín (cuarenta y cinco), Maus (treinta y nueve) y Mafalda (treinta y ocho). Dos de los cinco primeros cómics son series, lo que facilita su presencia, pues basta con que aparezca uno de los títulos de la serie.
  • Todos los títulos están representados al menos una vez. El que menos lo está es Superlópez (seis).

 

Orden de Unicómic
Título
Número de universidades
3
Serie Astèrix (René Goscinny i Albert Uderzo)
55
29
Persèpolis (Marjane Satrapi)
49
4
Serie Tintín (Hergé)
45
1
Maus (Art Spiegelman)
39
28
Mafalda (Quino)
38
7
Serie Corto Maltès (Hugo Pratt)
34
5
Paracuellos (Carlos Giménez)
30
9
Watchmen (Alan Moore i Dave Gibbons)
29
2
Serie Blueberry (Jean-Michel Charlier i Jean Giraud)
28
18
V de Vendetta (Alan Moore i David Lloyd)
25
21
Arrugues (Paco Roca)
23
25
From Hell (Alan Moore i Eddie Campbell)
23
6
Contrato con Dios y otras historias de Nueva York (Will Eisner)
21
14
Little Nemo in Slumberland (Winsor McCay)
21
17
The Spirit (Will Eisner)
20
19
Akira (Katsuhiro Otomo)
19
10
Adolf (Osamu Tezuka)
18
8
The Sandman (Neil Gaiman et al.)
17
12
Calvin & Hobbes (Bill Watterson)
17
26
Jimmy Corrigan (Chris Ware)
17
11
Agujero negro (Charles Burns)
16
13
El eternauta (Héctor Germán Oesterheld i Francisco Solano López)
16
24
Flash Gordon (Alex Raymond i Dan Barry et al.)
16
16
Príncipe Valiente (Harold Foster)
14
20
Animal Man (Grant Morrison i Chas Truog)
14
23
El almanaque de mi padre (Jiro Taniguchi)
12
27
Las aventuras de Spirou y Fantasio (André Franquin)
10
15
Mort Cinder (Héctor Germán Oesterheld i Alberto Breccia)
9
22
Batman: Año uno (Frank Miller i David Mazzucchelli)
9
30
Superlópez (Jan)
6

Tabla 2. Títulos del canon por orden de representación en las colecciones

 

Por último, en lo referente a la presencia del cómic en la universidad, se debe señalar que las búsquedas realizadas difícilmente muestran cuándo el cómic se utiliza como recurso o apoyo y no se recoge en las guías docentes o estas no están accesibles.

Se han localizado hasta quince universidades, recordemos que de setenta y seis, con al menos una asignatura de grado o máster oficial que verse sobre el cómic en alguno de sus aspectos; siempre como optativas y principalmente en los grados de Comunicación Audiovisual (universidades de Burgos, Málaga, Pompeu Fabra y Valencia, y EUSA —centro universitario vinculado a la Universidad de Sevilla—) y de Bellas Artes, vinculado siempre a la ilustración (Granada, Málaga, Politécnica de Valencia y Zaragoza). Además, se pueden encontrar en otros estudios semejantes, como en el grado de Creación y Diseño (Universidad del País Vasco), Diseño y Tecnologías Creativas (Politécnica de Valencia) y el de Ingeniería Multimedia y del Videojuego de la Camilo José Cela. En otros casos la orientación es diferente, como en los grados de Humanidades e Historia de la Complutense y de la a Distancia de Madrid, o una optativa de cinco grados de la Universidad de Alicante llamada Literatura juvenil, novela negra y cómic en lengua francesa. En la Universidad de Granada hubo una asignatura de Historia del cómic, aparentemente de libre configuración y desaparecida, que se impartía desde el Departamento de Historia del Arte. Se puede destacar particularmente la presencia en ocho grados de la optativa de Comics and graphic storytelling de la Universidad de Navarra.

Existen también menciones parciales o temas insertados en diversas asignaturas del grado de maestro (que se hayan detectado, Córdoba, Católica de Murcia, Pontificia de Salamanca y CEU Cardenal Herrera, aunque se conocen de forma directa otros casos como en la de Alicante). Otros casos semejantes se dan en muy diversas titulaciones, como Arquitectura (Coruña), Filología (Santiago), Traducción (Comillas), Publicidad (Europea de Madrid) e Historia del Arte (La Laguna).

Como asignaturas de máster, podemos encontrar en el de Dibujo Contemporáneo de la Universidad de Granada, en el de Traducción de la de Málaga, en el de Traducción Editorial de la de Murcia y en el de Escritura Creativa y el de Arte: Idea y Producción de la de Sevilla. Parcialmente se trata en asignaturas de máster en la de Santiago de Compostela (Teoria da cultura de masas), en la Complutense y la Autónoma de Madrid (Historia del arte contemporáneo) y en la de Alcalá (Edición digital).

Otras menciones de interés son:

  • El título propio de Máster y Experto Universitario en Creación y Edición de Cómic e Ilustración, de 2011, en la de Granada.
  • El Máster en Ilustración y Cómic, título propio expedido por la Pompeu Fabra y ELISAVA.
  • Un curso de posgrado de 1998 de la de Extremadura sobre el Cómic para educación infantil, especial, primaria, física, secundaria y lengua extranjera.
  • Cursos de verano: en las de Alicante, Málaga, Europea Miguel de Cervantes y Oberta de Catalunya, aunque este último era sobre cultura popular japonesa.
  • Cursos y talleres de extensión cultural: en las de Alicante, Cantabria, Castilla-La Mancha, Miguel Hernández, Nacional de Educación a Distancia, Pablo de Olavide y Valencia.
  • Otras muchas actividades de extensión universitaria y cultural, como exposiciones, concursos, conferencias, seminarios, etc., cuya diversidad no permite que sean recogidas aquí.
  • Fuera del ámbito universitario merece destacarse un ciclo formativo de grado superior sobre cómic en Cataluña.

 

8 Discusión

De los datos recogidos, lo que más llama la atención es que el 46 % de las universidades parece tener una colección de cómic anecdótica. Estos centros tienen en sus catálogos cinco títulos o menos de los reseñados, y el 15 % no tiene ninguno. Resulta difícil explicarse que no tengan ni siquiera un Tintín de donación. Pero mucho más alarmante es que no tengan títulos fundamentales para ilustrar la historia y la sociedad del siglo xx y xxi, como Maus o Persépolis.

De los resultados, es evidente la distorsión introducida por la mezcla de series y títulos más individuales o de pocos volúmenes. Esto, indudablemente, ha ayudado a llevar a los primeros puestos a Astérix, Tintín y Corto Maltés, aunque también es cierta su enorme popularidad, así como su utilización para el aprendizaje de otras lenguas. A la inversa, destaca el segundo puesto de Persépolis, que era el penúltimo título de la lista de Unicómic, indudablemente por su interés histórico y social. Incluso supera por bastante a Maus como novela gráfica con más presencias (cuarenta y nueve frente a treinta y nueve), lo que resulta bastante sorprendente dado el gran impacto de esta obra.

Entre los títulos españoles, resulta razonable el mejor puesto conseguido por Paracuellos, aunque quizás ha contribuido a ello sus muy diversas presentaciones. Por semejantes razones que Tintín y Astérix, el primer título hispano es Mafalda. Destaca la muy escasa aparición de El eternauta (16). La serie Superlópez aparece en último lugar, quizás por su carácter más humorístico y juvenil.

No se puede ver una relación clara entre el tamaño de las colecciones y universidades y la mayor presencia de cómic: la Complutense de Madrid aparece en el puesto 9, la de Barcelona, en el 10 y, por ejemplo, la Autónoma de Barcelona y la Politécnica de Cataluña aparecen en los puestos 24 y 25 respectivamente. Sin embargo, sí es cierto que las veinte últimas universidades se corresponden con centros con colecciones pequeñas, mayoritariamente universidades privadas y de reciente creación.

Tampoco se puede establecer una relación clara entre asignaturas oficiales y cómics en el catálogo. Sí se puede hacer en algunos casos como en la Universidad del País Vasco (primera en la clasificación), la Complutense, la de Málaga y la Politécnica de Valencia (cuartas), la de Granada (sexta) o la Pompeu Fabra (séptima). Pero el paralelismo se incumple de forma estrepitosa en otros casos que incluso se encuentran en los últimos lugares.

Extraño es el caso de la Universidad de Valencia (EG), que ocupa el vigésimo séptimo puesto, a pesar de ser una universidad con una colección muy amplia y de tener una asignatura sobre el tema. En casos así se puede especular con que la bibliografía empleada se centrará más en títulos sobre teoría e historia del cómic que en ejemplos reales. Por cercanía, también se desea destacar el caso de Alicante, con gran vida académica en torno al cómic y que mantiene el Club de Lectura Universitari de Còmic i Àlbum Il·lustrat (CLUECA), pero que ocupa el puesto trigésimo primero.

Con respecto al propio canon utilizado, como todos puede ser discutible, pero parece bastante equilibrado. Personalmente se echa en falta la selección de títulos como Pies descalzos / Hiroshima de Keiji Nakazawa o El lobo solitario y su cachorro de Kazuo Koike y Goseki Kojima, pero resultaría difícil sacar uno de los títulos propuestos para poner estos. Igualmente, quizás se preferiría Barrio lejano a El almanaque de mi padre del recientemente fallecido Taniguchi. Por último, quizás la representación de cómic nacional podría variar, de echarse en falta algún título y autor de importancia. Del resto, están prácticamente todas las grandes series del cómic europeo, con muy pocas excepciones. Cualquiera de estos cambios se realizaría de acuerdo con gustos subjetivos, difícilmente enfrentables a la suma de los criterios de los expertos que permitieron confeccionar esta lista. Sin duda, una futura ampliación del canon colmará estas expectativas.

 

9 Conclusiones

Aunque la investigación se haya llevado a cabo con un muestreo, este se ha realizado basándose en un canon del cómic muy sólido. Por ello, se pueden extrapolar de los resultados conclusiones sobre la todavía escasa representación del cómic en las bibliotecas universitarias españolas. Esto es achacable al también limitado número de estudios oficiales que traten de alguna forma este medio, pero eso solo es una razón parcial. Debe intervenir un todavía parco interés de buena parte de la profesión bibliotecaria sobre el cómic, si no un menosprecio abierto, que lleve a pensar que no son propios de una biblioteca universitaria. Ni siquiera parecen ser vistos como un complemento cultural u orientado al ocio de la comunidad universitaria. Incluso la dedicación de una parte de la colección y de los presupuestos a estos efectos quizás sea en sí misma discutida desde algunos sectores.

De todo ello se puede concluir que, a pesar de las afirmaciones recogidas en la bibliografía académica y aquí presentadas, el cómic aún no se ha introducido plenamente en la vida académica de nuestro país; aunque esto, como toda generalización, puede ser discutible. Un factor que parece influir en ello es el escaso peso detectado de los estudios e investigaciones sobre cultura popular en nuestro país. Estos suponen el principal motivo de la presencia del cómic en las bibliotecas universitarias en Estados Unidos.

Sería interesante completar esta investigación realizando una búsqueda catálogo a catálogo del número de cómics, aunque ello será muy complicado de efectuar por los diferentes tratamientos técnicos que se aplican. Al respecto, se debería tender a una mayor homogeneización, en la que se podrían incluir el resto de las tipologías bibliotecarias, y que podría ser tan sencilla como la utilización de la etiqueta 655 con el término de género/forma cómic.

 

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